4. Embarazo

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CAPITULO 4: EMBARAZO

POV LUCY

Siento que alguien abre la puerta, pero por las pisadas extrañas contra el suelo de madera, sé que no es Coriolanus. La leve emoción experimentada en un principio, se desvanece y mis ojos se vuelven a cerrar. Sé que necesita tiempo para procesar todo, pero aún así, también lo necesito para que me dé un abrazo y me diga que todo estará bien.

−Quiero estar sola –miento cubriéndome aún más, hasta con la frazada más gruesa solo para que no me vean.

−Tú y yo sabemos que no es así. Lo que en realidad no quieres es estar acompañada de otra persona que no sea Coriolanus. Pero, lo lamento. Necesito hacerte una revisión y pedirte que hagas algo.

−Sejanus –murmuro.

−El mismo. Querías verme ¿no?

Me siento en la cama despacio y bajo la mirada avergonzada.

−¿Lo sabes?

−Coriolanus me contó todo.

Mis ojos se llenan de lágrimas que no puedo contener.

−Oh, no. ¿Tú también vas a llorar, Lucy?

−¿Yo también?

¿Está diciéndome que mi novio también lloró frente a él? Por eso no apareció en mi habitación durante horas, no quería que yo lo viera en ese estado.

−Son tal para cual. Tú y Coryo –él suspira.

−¿Vas a darnos un sermón por ser malditamente irresponsables?

−Nunca lo haría. Son mis amigos.

Él agarra la silla al costado de mi escritorio y la coloca cerca de mí con todo lo necesario para atenderme en su regazo.

−¿Cómo te sientes? –pregunta mirándome a los ojos, mostrándose comprensivo.

Él siempre ha sido más cálido y transparente que mi novio en la superficie, es fácil adivinar lo que pasa por su mente aunque no lo diga en voz alta. Coriolanus, en cambio, siempre ha sido como la nieve, blanca pero fría, solo cuando empiezas a entrar en contacto con ella, descubres que lo hay dentro, en la profundidad de su alma es hermoso, claro y cálido. Esa frialdad superficial que percibes inicialmente ya no te molesta porque desaparece tan pronto como está contigo. Él siempre me dice que cuando me conoció supo yo era la indicada y que no le tomó mucho tiempo encariñarse conmigo, ni enamorarse perdidamente de mí. Él nunca había experimentado algo así hasta que nuestros destinos se entrelazaron. Esa calidez, ese deseo, ese instinto de protección, ese amor y esa necesidad de abrir su corazón por primera vez con alguien lo desconcertó en un principio, pero cuando lo aceptó no hubo vuelta atrás. Incluso cuando lo castigaron al finalizar los juegos, vino detrás de mí con la esperanza de volverme a ver, sin saber lo que pasaría entre nosotros y lo complicado que sería mantener nuestra relación en las sombras.

−¿Lo preguntas como amigo o practicante de medicina?

−Como amigo, por ahora.

−Asustada, agotada física y emocionalmente. Llevo más de una semana casi sin dormir y sintiéndome terriblemente culpable por Coriolanus y por no poder estar feliz en un momento que debería ser el más soñado por una pareja.

−Coriolanus no está disconforme con que estés embarazada, Lucy. Él solo está preocupado por la vida que tendrán tú y su hijo. Por el que dirán de ustedes, incluso si por algún milagro nunca llegan a sospechar que el padre es él. Pero estoy seguro, que dentro de sus posibilidades tratara de ser un excelente padre y hombre para ti. Va a cuidar de su familia y la amara. No tengas miedo.

PÁJAROS CANTORES Y ROSAS (CoryoxLucy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora