Kate | Entre Sombras y Luces

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En la tranquila ciudad de Arcadia Bay, donde el viento soplaba suavemente y las olas del océano acariciaban la costa, dos almas destinadas a encontrarse comenzaron su historia. Kate, una chica de alma sensible y ojos melancólicos, luchaba contra la oscuridad que amenazaba con consumirla. Max, la tímida, pero decidida estudiante de fotografía buscaba capturar la belleza en los rincones más inesperados de la vida.

En la academia Blackwell, un lugar donde las historias se entretejían entre las sombras de los pasillos, Kate y Max compartían clases, pero raramente se cruzaban. Max, con su cámara siempre lista, observaba desde la distancia a Kate, quien parecía cargar el peso del mundo en sus hombros. La tristeza en los ojos de Kate no pasó desapercibida para Max, y aunque la timidez la restringía, su determinación la impulsó a acercarse y tenderle una mano.

Fue en la biblioteca, entre estantes de libros que contaban historias de mundos lejanos, donde Max se acercó a Kate. La chica de ojos melancólicos estaba absorta en un libro, pero sus pensamientos parecían lejanos. Max, nerviosa pero decidida, se sentó a su lado.

"Hola, soy Max", dijo tímidamente, extendiendo la mano.

Kate levantó la mirada y, tras un breve momento de sorpresa, devolvió una débil sonrisa. "Hola, Max. Soy Kate."

Esa simple introducción marcó el comienzo de una conexión especial. Max y Kate comenzaron a pasar tiempo juntas en la biblioteca, compartiendo lecturas, risas y silencios cómodos. Max, a través de su cámara, capturaba momentos que reflejaban la esencia de Kate, buscando transmitir toda la belleza que veía en ella.

Con el tiempo, Max se dio cuenta de que Kate lidiaba con una profunda tristeza. Sus conversaciones se volvieron más íntimas, y Kate comenzó a confiar en Max con sus pensamientos más oscuros. La depresión la envolvía como una sombra en el atardecer, pero Max estaba decidida a ser la luz que la guiara fuera de la oscuridad.

Una tarde, mientras caminaban por la playa, el sol pintando el cielo con tonos cálidos, Max notó que Kate parecía especialmente abatida.

"Kate, ¿quieres hablar de ello?" preguntó Max, sintiendo la necesidad de ofrecer consuelo.

Kate suspiró y miró hacia el horizonte. "Es solo que a veces siento que no pertenezco a este mundo. Como si estuviera atrapada en mi propia mente, luchando contra una tormenta que no puedo ver."

Max apretó suavemente el hombro de Kate. "No estás sola, Kate. Estoy aquí contigo, y juntas podemos superar cualquier tormenta."

La vulnerabilidad compartida fortaleció su vínculo, y Max se comprometió a ser el apoyo que Kate tanto necesitaba. Determinada a ayudar a su amiga a encontrar la luz, Max investigó sobre recursos y terapias que pudieran ser beneficiosos para Kate. Animada por Max, Kate comenzó a asistir a sesiones de apoyo y a abrirse a la idea de un camino hacia la curación.

A medida que pasaban los días, la relación entre Max y Kate florecía. Max, con su determinación tranquila, guiaba a Kate hacia la esperanza, mientras que Kate, con su sensibilidad, ayudaba a Max a apreciar aún más la belleza en los pequeños detalles de la vida. Juntas, compartían risas y lágrimas, construyendo un refugio seguro en el que ambas podían ser ellas mismas.

La pasión de Max por la fotografía se convirtió en una herramienta terapéutica para Kate. Max la animaba a ser parte de sus fotos, a explorar la expresión artística como una forma de liberar emociones reprimidas. A través de las imágenes, Kate comenzó a ver la fuerza y ​​la resiliencia que había dentro de ella.

En una tarde soleada, Max llevó a Kate a un acantilado que ofrecía una vista impresionante del océano. Mientras el viento jugaba con sus cabellos, Max le entregó a Kate una cámara.

"Quiero que veas el mundo a través de tus propios ojos, Kate. Captura lo que sientes, lo que te hace feliz", dijo Max con una sonrisa.

Kate, por primera vez, se sintió empoderada por la oportunidad de crear arte con sus propias manos. Cauta pero decidida, comenzó a tomar fotos, capturando momentos de belleza y esperanza que antes le habían pasado desapercibidos.

A medida que la relación de Max y Kate se profundizaba, los dos corazones comenzaron a latir al unísono. Max, quien inicialmente había buscado ayudar a Kate como amiga, se dio cuenta de que sus sentimientos habían evolucionado hacia algo más profundo. La determinación de Max de guiar a Kate fuera de la oscuridad estaba entrelazada con el amor que había crecido en su corazón.

Un día, cuando el sol se ocultaba en el horizonte y las olas susurraban secretos a la orilla, Max tomó las manos de Kate y le confesó todos sus sentimientos.

"Kate, eres la luz en mi vida. Tu fuerza, tu sensibilidad, todo en ti me inspira. No puedo evitar enamorarme de la persona increíble que eres." dijo Max.

Kate, con lágrimas en los ojos, respondió con un abrazo cálido. "Max, tú eres mi salvación, mi ancla en medio de la tormenta. También estoy enamorada de ti."

Así, la relación entre Max y Kate se transformó en un amor que florecía en medio de la adversidad. Se apoyaban mutuamente, enfrentando juntas los desafíos y celebrando los triunfos. Aunque la oscuridad seguía siendo una presencia en la vida de Kate, la luz del amor que compartían iluminaba su camino.

Sin embargo, la vida tenía sus propios designios, y una enfermedad inesperada se interpuso en su camino. Kate, ahora más fuerte gracias al amor de Max, enfrentó la nueva prueba con valentía. Max, determinada a aprovechar cada momento, continuó capturando los recuerdos compartidos con su cámara.

En el último atardecer que compartieron juntas en el acantilado, mientras el sol se sumergía en el océano, Max sostenía la mano de Kate con ternura. Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras la brisa marina envolvía a las dos almas que se amaban profundamente.

"Gracias, Max", susurró Kate, con gratitud y amor en sus ojos. "Gracias por enseñarme a ver la belleza incluso en la oscuridad."

Max besó la frente de Kate y respondió con voz quebrada, "Te amo, Kate. Siempre lo hare."

Con esas palabras, el sol desapareció por completo, llevándose consigo la luz de Kate. Max se quedó allí, sosteniendo la esencia de su amor en su corazón y en las fotografías que capturaron la historia única de dos almas destinadas a encontrarse, amarse y aprender a vivir a pesar de la oscuridad que la vida había arrojado sobre ellas. La belleza del amor, inmortalizada en cada imagen, seguía viva, trascendiendo las barreras del tiempo y el espacio.

Life is Strange | One-Shots #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora