Solo por si...

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"¿Max?" escucho la voz de Joyce, la pequeña morena levantó la cabeza desanimadamente para encontrarse con la mirada de la rubia mayor, "¿Puedes venir aquí un momento, cariño?".

Max no quería moverse, quería quedarse en el sofá y llorar, encoger sus rodillas hacia su pecho y hacer que el mundo desapareciera. No había sido una semana fácil para Max... o para Joyce y David. Con la muerte de Chloe, todo el mundo parecía estar cubierto por un filtro en blanco y negro, todo estaba simplemente carente de color alguno. Todo se sentía distorsionado, como cuando la realidad se alteraba cuando Max intentaba saltar en el tiempo, pero ahora... era simplemente la realidad.

"¿Qué pasa, Joyce?" preguntó, su voz fría y afilada.

La mujer mayor no se ofendió, entendía bien el dolor de la chica y ni siquiera podía comenzar a entender cómo debió haber sido ver sin poder hacer nada cómo su mejor amiga era asesinada en frente de ella. "Encontré algo... creo que deberías verlo".

Pero a Max no le apetecía.

Había visto suficientes cosas que le causaban dolor como para durar toda una vida. Muerte, mas muerte, tanta muerte, dolor y sufrimiento... no podía soportar ver el rostro de su mejor amiga muerta sabiendo que ella era responsable y tuvo la oportunidad de salvarla. Pero... Max sabía que tenía que levantarse y ver lo que Joyce quería mostrarle, pero una parte de ella se sentía físicamente incapaz de moverse, levantarse o hablar. Quería apagarse y permanecer insensible... pero por el bien de Joyce y por la cordura de ella misma, Max se obligó a levantarse y se acercó a la mujer mayor, que tenía otra caja llena de pertenencias de Chloe colocada en la mesa, con sus manos aferradas a una carta.

Max sintió que sus pies se volvían más pesados mientras más se acercaba. Oh, no podía pasar por esto de nuevo, la primera caja casi la mata, lloró hasta el punto de desmayarse. No fue divertido, pero aquí estaba tomando la pequeña tira de papel que Joyce le estaba entregando.

"¿Una carta?" preguntó. Ya había leído los cientos de cartas que Chloe le había dejado durante los 5 años que estuvieron separadas, y asumió que eso era todo, pero... parece que había una más para asestarle un último golpe.

Joyce asintió. "Debe de haberse caído de tu bolso la última vez que estuviste aquí. La encontré entre las sábanas mientras limpiaba arriba".

¿En su bolso? Max básicamente ignoró su bolso, solo lo llevó a casa de Joyce para devolver la cámara de William, incapaz de convivir con ella por más tiempo. ¿Cómo pudo haberlo pasado por alto?

Pero, por otro lado, esta semana había sido una neblina de depresión, así que Max no se culpaba demasiado.

La carta era nueva... demasiado nueva para ser de los últimos 5 años. La ordenada caligrafía de Chloe estaba en el frente, deletreando claramente el nombre de Max en letras audaces.

"Yo... yo quería abrirla, pero algo me decía que esta carta era especial. Ahora, no tienes que compartir lo que escribió, solo... solo sé que realmente ella te amaba, Max".

Esa fue la declaración menospreciada de la vida de Max. Chloe literalmente se había sacrificado para que Max no tuviera que vivir con la carga de dejar morir a miles de personas. No valía la pena a largo plazo, por mucho que le doliera admitirlo, Max sacrificaría mil pueblos solo para recuperar a Chloe. Pero esto era todo lo que le quedaba de la chica de cabello azul a la que amaba.

"Adelante, ábrela", instó Joyce, al ver la mirada prolongada y distante en los ojos de la chica.

Max parpadeó y asintió, como dejándose hundir lentamente al suelo y cruzar las piernas. Era tan nueva, quizás... con unos días a lo mucho. Había manchas de agua en el papel, que borraban ligeramente la tinta, pero a Max no le importó. La abrió lentamente, nerviosa, aunque sabía que solo era una carta, pero era lo que estaba dentro lo que la asustaba.

Life is Strange | One-Shots #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora