Capitulo 35: No juzgues un libro por su portada

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Los tres obedecimos, dejamos nuestras cosas en mi casa y nos subimos en silencio al auto de mi abuelo, mi abuelo encendió su vehículo y partido a quien sabe dónde.

Después de diez minutos de trayecto donde los tres no dijimos palabra alguna mi abuelo hablo.

-Chicos no tienen que estar tan tensos, no es como si los estuviera secuestrando ¿saben? - Mire a mi abuelo.

-La última vez que me subí de esta manera a tu auto acabamos en medio de una montaña, yo pensado que me llevabas de camping cuando en realidad estabas tratando de darme un entrenamiento casi militar, así que disculpa si te digo que no confió mucho- Mi abuelo sonrió.

-Eso fue cuando eras niña, además tu condición actual no permite algo así, sin mencionar que tu guardián personal y novia no me perdonaría hacer algo así- Mire por el retrovisor a Angie que estaba viendo a mi abuelo muy seria.

-Amm comprendo- Vi que Diego me miraba curioso.

-Pensaba que tú y Angie no eran nada Amber- Suspire.

-Y no lo somos Diego, todo el mundo insiste en que sí, pero la realidad es que no somos pareja así que procura ignorar los comentarios de nuestras familias- Angie suspiro.

- ¿Quieres decir que sus familias también lo creen? - Mi abuelo se reía.

-Diego créeme cuando decimos que este par es un matrimonio- Diego me miraba molesto.

-Amber ¿Por qué no me invitaste a la boda? – Diego se cruzó de brazos.

- ¡NO TU TAMBIEN! - mi abuelo ahora se reía de buena gana y Angie estaba roja.

-Estoy bromeando, sé que aún no puedes casarte, aunque quieras, la ley no permite los matrimonios de menores de edad- Suspire con pesar.

-Olvídalo, me rindo- mire a mi abuelo- ¿puedes explicarme de una vez que se supone que vamos a hacer o siquiera a dónde vamos? - Mi abuelo dejo de reírse y me miro.

-Voy a ver a un viejo amigo y de paso saldar una deuda que tengo- Angie miro a mi abuelo.

-Si estamos aquí significa que de algún modo nos concierne ¿no es así? - Mi abuelo asintió.

-Así es- Ahora estoy preocupada.

Conozco a mi abuelo y estoy acostumbrada a sus métodos de guardaespaldas retirado, he visto a mi abuelo pelear y hacer añicos a otros, pero esa soy yo no sé qué tan malo sea ver algo así para Angie o para Diego.

-Bien llegamos- En mi distracción no había notado que ya estábamos donde se suponía que era nuestro destino.

-Ok abuelo estoy confundida, ¿por qué estamos en una academia de Judo? – Los tres mirábamos a mi abuelo con la misma pregunta en mente.

-Les dije que quería ver a un viejo amigo ¿no?, ahora síganme- si lo dijo.

-Pero también dijo que tenía que saldar una cuenta pendiente- Diego caminaba detrás de mi abuelo.

-Ya les mostrare- Mi abuelo solo sonreía.

Entramos al establecimiento, no se veía nada especial había algunos trofeos y fotos del equipo, no mire demasiado y seguí en silencio a mi abuelo.

Llegamos a una sala con tatamis bastante amplia y había un hombre que tendría unos cuarenta años, el hombre al ver a mi abuelo sonrió automáticamente.

-Maestro Raúl es un placer volver a verlo- el hombre saludo inclinándose ante mi abuelo y mi abuelo siguió su ejemplo.

-Ha pasado un tiempo, veo que te has estado cuidando...-En eso mi abuelo de la nada ataco con un puñetazo al hombre delante de él, por un momento me asusté, pero luego vi como el hombre lo detuvo casi sin problemas.

¿Amor? ¿es enserio? ¿estás loco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora