☾ Capítulo 3 ☽
"Primer día"
—Recuerda todo lo que aprendiste estos días viendo videos, Chiara, y nada de perder la paciencia ni de hacer mala cara al hermano mayor —me alenté a mí misma.
Por fin había llegado el tan ansiado lunes. Desde el viernes después de mi entrevista con la señora Dianetti no dejé de pensar en cómo serían mis días de trabajo y en todos mis quehaceres con esos niños. Temía mucho equivocarme y ser despedida al primer tropiezo, pues contaba mucho con ese dinero para salvar el cuello de mi padre del señor Mendoza. Además, también empecé a hacer cuadernos artesanales para poder venderlos en mis tiempos libres y así juntar dinero extra y no tener que reducir tanto el gasto en alimentos y otros productos necesarios para consumo. Incluso mi madre levantó dinero en los parques con ventas de tortitas dulces y bocadillos salados el fin de semana.
Con una sonrisa brillante pegada en mi rostro, me miré una última vez en el espejo y dejé caer todo mi cabello marrón sobre uno de mis hombros, acomodé el cuello de mi chaqueta de mezclilla y comprobé que mi playera rosada y mi pantalón oscuro no tuviera ninguna sola mancha, quería tener una presentación impecable en mi primer día. Busqué mi mochila con todas las cosas que posiblemente necesitaría y salí de casa despidiéndome de mis padres.
El bus me dejó a dos calles de la mansión de los Dianetti, a pasos ligeros me encaminé y llegué antes de tiempo. El señor Monopoly esperaba por mí en la puerta, el mismo traje de la primera vez junto a ese rostro expresando solo seriedad. Tenía tantas ganas de preguntarle su nombre, pero presentía que podía morderme el dedo. Por el momento, le seguiría llamando Señor Monopoly hasta saber su nombre. Él me llevó nuevamente a la habitación donde fui entrevistada, golpeó la puerta y luego entró anunciando mi llegada. Ingresé y me encontré con la señora Dianetti sentada detrás de su escritorio y a un hombre canoso parado a su lado. Ambos combinaban, él llevaba puesto un pantalón blanco al igual que su camisa perfectamente planchada, un saco gris y zapatos marrones; y ella con un vestido blanco que le llegaba por encima de sus rodillas, unos zapatos blanco con adornos plateados y un saco gris. En mi vida podría vestirme tan bien como ellos. Supuse que era el esposo de la señora, las miradas el uno por el otro los delataban.
—Buenos días, Chiara. Me alegra volver a verte en mi casa.
—Buenos días, señora Dianetti. Un gusto volver a verla —respondí con educación.
—Él es mi esposo Leopoldo Dianetti —lo presentó.
—Buenos días, Chiara —saludó. El hombre tenía una voz muy gruesa, parecía un locutor.
—Buenos días, señor Dianetti.
—Mi marido estuvo de viaje de negocios la semana pasada y por esa razón no pudo estar conmigo para tu entrevista. No obstante, le ha gustado todo lo que le conté de ti. —Ella sonrió transmitiéndome seguridad—. Ambos apostamos por ti.
—Muchas gracias. Haré un trabajo que los enorgullezca.
—Te he preparado algunas fichas con los datos necesarios de todos mis hijos, incluyendo al mayor. —El desgraciado que me hizo pasar vergüenza en más de una oportunidad—. Contiene sus datos personales, las actividades que realizan y algunos horarios que deben cumplir.
—¿Alguna pregunta, Chiara? —preguntó el señor Dianetti.
—Solo una. ¿Cuál es mi horario de salida?
—Saldrás a las cinco de la tarde para que puedas llegar a tiempo a tus clases —respondió la mujer.
Tomaba clase en el turno noche, empezaba a las siete para ser exacta, que me dejaran salir con mucho tiempo de anticipación era muy considerado de su parte. Por supuesto estaba muy agradecida.

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Cuando la noche sea eterna
Ficção Adolescente"Él no puede ver la luz del sol, pero ella iluminará su vida." ⚠️ PORTADA HECHA POR: @Lea_Estrella ⚠️ ACTUALIZACIÓN: SOLO VIERNES O SÁBADO 🚫PROHIBIDO COPIA PARCIAL O TOTAL DE LA OBRA "CUANDO LA NOCHE SEA ETERNA" DE ELIZABETH GUILLEN (@eliguillen_)...