Cuando la noche sea eterna

27

☾ Capítulo 27 ☽

"Enfrentar el pasado"

Me refugié en los brazos de Brenda después de salir del trabajo el jueves por la noche. Quise ir a mi casa y compartir una cena con mis padres, pero con el humor que llevaba era una idea pésima. Amargarles la noche no era un objetivo deseable como hija.

Bren compró snacks y eligió una película de terror para mirar hasta tarde en su sala, no tenía problemas en madrugar ya que le pedí a mis jefes tener el viernes libre para acompañar a mi madre a realizarse estudios y porque debía dar mi examen por la tarde. Además, necesitaba estar lejos de Damiano durante unos días, rogaba que le sirviera para que me extrañara y se diera cuenta lo imbécil que estaba siendo conmigo. Aunque una parte de mí dudaba de que eso pudiera suceder conociendo lo orgulloso que era, en eso éramos iguales.

Me desahogué con mi mejor amiga, incluso lloré en partes porque no lograba entender cómo el sentimiento de una persona, que juraba amarme, respetarme y hacerme feliz, pudo haber cambiado tan drásticamente. Ella confiaba en que algo le sucedió, que todavía tenía esos sentimientos por mí, pero que había una situación en particular que lo estaba atando de manos y pies. Decía que era un extraño presentimiento. Era una posibilidad, pero a mí no se me caía ninguna idea de qué podría ser, más bien empezaba a creer que Dam solo había jugado conmigo, pero eso solo me lo guardé para mí.

—¿Sospechas de alguien, Ara de mi vida?

—No sé, Bren... Mi mente es un tremendo lío.

—¿Crees que haya una posibilidad de que la estúpida de Alessia haya dicho la verdad?

—Parecía convencida de sus palabras. Todavía no me animé a preguntarle a Mika si es verdad que antes Dam andaba de manos en manos.

Idea que odiaba pensar y peor imaginármelo tocando a otra chica. Detestaba sentir celos, eran sentimientos horribles para mí.

—Yo no le creo a esa bruja malnacida. Mis sospechas van hacia el lado de mi familia. Quiero decir, a lo mejor a Dam le afectó tanto haber encontrado a mamá y que justo nosotros seamos sus hermanos. No es fácil procesar algo tan duro y shockeante.

No tenía sentido. Desde el primer momento en que lo supo estuvimos juntos, espalda con espalda. Lo ayudé, escuché y apoyé en todo momento y él no se negó a refugiarse en mí.

—Bren, días atrás seguía procesando esa noticia dolorosa, pero me decía que me amaba, me besaba, me tocaba y teníamos...

—Ahórrate los detalles, Ara de mi vida —interrumpió rápidamente agitando su mano—. En otros tiempos me hubiera gustado saber con lujo y detalle tu apasionante vida amorosa en una cama, pero ahora que sé que Dam es mi hermano... eso ya no me apetece saber. —Hizo una mueca de asco.

Me arrojé en el sillón y me quedé observando el techo, aguantando las ganas de llorar otra vez. No podía creer que un chico se pudiera meter tan fácilmente en mi cabeza y desordenar mi mente a su antojo. De igual modo, era mi culpa por permitirme que sucediera esto, desde siempre me cerré la puerta al amor y en cuanto le di la primera oportunidad fue donde Dam pateó mi corazón haciéndome sentir miserable y sin darme ninguna explicación razonable.

Cubrí mi rostro con mis manos y gruñí queriendo calmar ese dolor en el medio de mi pecho. Durante las noches no pude dormir a causa de ese malestar, incluso comenzaba a tener grandes ojeras y empezaba a estar muy distraída. Me senté en el sillón y me refugié otra vez en los brazos de mi amiga, solo ella podía entender cómo me sentía con las experiencias que llevaba.

—¿De verdad dejó de amarme? ¿Tan fácil soy de olvidar?

—Ay, Ara de mi vida. Me juego el dinero de mi familia que él sigue amándote. Desde que lo conozco veo cómo sus ojos sonríen cada vez que estás cerca de él, siempre se lo notó completamente enamorado, y es difícil olvidar un amor así de bonito y fuerte de un día a otro. Presiento que él trata de olvidar el amor que se tienen, pero ni en sueños lo logrará. Eres una leona, Ara de mi vida, y las leonas dejan huellas. O algo así la frase.