Palomitas, botanas y uno que otro dulce se hallaba colocado sobre la mesita frente al sillón múltiple de color café, en el que estaban los muchachos. El mayor de ambos se posicionaba en el centro, sentado con las piernas abiertas en una posición cómoda, mientras el otro recargaba su cabeza en el hombro del mayor, con su cuerpo semi-acostado de lado a lo largo del sillón. En la televisión se proyectaba una cinta de comedia que habían elegido al azar, la verdad no les importaba mucho, solo querían la compañía del otro, y estar así, acurrucados.
En estos momentos se ubicaban en el departamento del azulejo, donde el mayor concurría frecuentemente. Habían transcurrido alrededor de dos meses desde que se conocieron en aquella parada de autobuses, y con cada día que pasaba, algo nuevo iba floreciendo en ellos. Taehyung, podía decir que estaba enamorándose del azabache, por lo que no podía evitar querer pasar a otro nivel, añoraba el día en que su acompañante le pidiera salir formalmente, porque sabía que el sentimiento era equitativo.
Ambos se habían vuelto cercanos, tanto que Hoseok había agarrado confianza, y se andaba como si fuese su casa, pues se sentía cómodo, y eso explicaba el hecho de que se la pasara más allí que en su propia morada. Pero no era porque su hogar no fuese acogedor, sino que Taehyung se encontrara en esta. Porque había caído rendido por el menor, incluso desde su primer encuentro, presentía que algo iba a suceder entre ellos. No obstante, había algo que lo perturbaba, y era que le estaba engañando. Odiaba no poderle decir de sus orígenes a Taehyung, no poderle manifestar que poseía poderes y que era un mago. Y ese había sido el infortunio que le impedía poderle pedir al menor que fuera su pareja. Él quería empezar bien, sin mentiras de por medio, pero no era tan sencillo.
Una vez terminada la película, decidieron pausarla en los créditos, pero sin quitarla o moverse de su posición. El silencio invadió la sala por unos cuantos minutos, el azulejo estaba nervioso, sentía el palpitar contra su pecho, y una adrenalina que lo calcinaba internamente. Se alejó un poco del hombro del mayor, para poder mirarlo a los ojos. Sus miradas se enlazaron, creando una tensión en el ambiente. Esto había sucedido en varias ocasiones, pero siempre uno de los dos terminaba rompiéndola, o algún sonido externo.
Pero esta vez no, el azulejo se había decidido a dar el siguiente movimiento, de verdad anhelaba tener otra clase de acercamiento, deleitarse con el calor que emanaba su compañero después de un día de trabajo, y refugiarse en sus brazos cuando fuera uno de esos días difíciles. Lo quería en varias etapas de su vida y de todas las formas posibles. Ya se había cansado de esperar, así que le pidió consejos a su amigo, para que lo ayudara, ya que él tenía un poco más de experiencia en estas situaciones, y aunque él también, quería que fuese perfecto.
Sin un ápice de duda, se aproximó hacia el azabache, quien no se movió ni un milímetro, atento a lo que pudiera acontecer. Su vista se puntualizó en sus labios, provocando que remojara los propios. Sin más preludios, acortó la distancia entre ambos, empalmando sus labios en un beso, que fue un simple roce, pero se sintió tan perfecto, que sintió una punzada electrizante. Iba a decir algo, pero fue interrumpido por su mayor, quien había posado sus manos en el borde de su mandíbula, atrayéndolo hacia sí, uniéndose en un beso.
El azabache se dispuso a menear sus labios, dándole una sinfonía al movimiento. El menor quiso ser un poco osado, así que introdujo su lengua en el vestíbulo contrario, siendo aceptada de inmediato. El beso fue subiendo un poco de intensidad, con un juego de lenguas, donde estas se enredaban en un intento de tener más contacto.
Se habían desconectado del mundo, inmersos en las sensaciones que recorrían sus cuerpos. Sin separarse, el azulejo se subió sobre su regazo, con sus piernas envolviendo su cintura, pegando aún más sus cuerpos, y sus manos rodeando su cuello. Pensó en detenerse, no quería que esto llegara más lejos, o por lo menos hasta que fueran una pareja. Además, de que su "amiguito" amenazaba con despertar, y no era buena señal, no quería un problema del cual encargarse luego.
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Hechizo [HopeV]
Fanfiction¿Has escuchado alguna vez sobre la leyenda de las brujas?, sí, esas que hacen maleficios y hacen pactos con el más allá. Aquellas que sí las ves, debes reportar, para así ser echadas en la hoguera. ¡Ten cuidado!, no todo es lo que parece. Yoongi s...