La oscuridad de la noche cubría todo el cielo, permitiendo que las estrellas hicieran acto protagónico. Un hombre de hebras castañas oscuras caminaba por los pasillos del edificio, mientras buscaba las llaves dentro del bolsillo de su abrigo. Pero gran sorpresa se llevó al levantar la mirada, encontrándose con alguien a quien hace tiempo no veía, justo al lado de su departamento.
Un muchacho de cabellos oscuros, piel pálida, con ojos pequeños y negros que lo observaban con detenimiento. Se encontraba recostado en la pared a un lado de su puerta, con las manos en los bolsillos de su sudadera color gris. Tenía la mirada gacha, fija en sus converse negros, mientras movía uno de ellos de un lado a otro consecutivamente; hasta que escucho los pasos de alguien, levantando su vista, chocando directamente con los ojos de su cuñado.
Un silencio sepulcral los invadió por unos segundos, no sabían cómo reaccionar después de tantos años, sumándole que la última vez que hablaron, no quedaron en buenos términos.
—Yoongi—habló por primera vez el castaño, rompiendo el silencio—, Hoseok no ha llegado—informó con indiferencia, acercándose al pomo de la puerta, para posteriormente, introducir la llave en el cerrojo.
—Lo sé—soltó con voz monótona, encogiéndose de hombros—. En está ocasión, he venido a verle.
Se escuchó el sonido de la cerradura siendo abierta, a lo que, aun sin retirar las llaves, empujó la puerta hacia dentro, entrando en su recinto.
— ¿No vas a pasar? —lo invitó indirectamente, haciéndose a un lado para darle espacio.
El azabache captó su manera discreta de incitarlo a entrar, así que solo se limitó a asentir, adentrándose al pequeño departamento de su mellizo. Habían pasado seis años desde el juicio con el consejo de magos, y ese largo periodo de tiempo le había servido para reflexionar muchas cosas, y arrepentirse de otras.
— ¿Algo de beber? —preguntó el castaño, mientras se retiraba su abrigo color azul marino y lo colgaba en su antebrazo.
—Estoy bien, gracias—respondió un poco incómodo, pero sin ser descortés.
—Puedes tomar asiento, mientras—indicó el menor, mientras desaparecía por el pasillo que llevaba a las habitaciones.
El pálido se sentó en aquel sofá de cuero blanco en forma de "L", admirando la decoración del lugar. En las paredes resaltaban colores pasteles, adornadas con algunos cuadros con fotografías de paisajes, y algunas retro; había una alfombra color beige debajo del sofá, además, fijo su vista en un portarretratos que había sobre el mesón pegado de la pared frente a él.
—Ten—dijo Taehyung, regresando con un vaso de vidrio que contenía jugo de naranja, colocándolo en la mesita de porcelana frente al sofá.
—Te dije que estaba bien, no era necesario—reprochó, tomándolo entre sus manos. No lo admitiría, pero el gesto lo conmovió.
— ¿Qué te puedo decir?, soy terco. Además, Hobi mencionó que era tu favorito—comentó sentándose a su lado, dejando espacio suficiente entre ambos, para no invadir su zona personal.
—Gracias—hizo ademán con la cabeza, para darle un sorbo al jugo.
—Veo que por fin te dejaron en libertad, eso me alegra mucho a decir verdad. Hobi se pondrá feliz de verte.
—Sí. Estuvo mensajeándome durante todo el vuelo—contó con una pequeña sonrisa, mientras devolvía el vaso a la mesita.
—Con razón no despegaba su vista del teléfono, tuve que darle un parado. Hasta llegué a sospechar que me engañaba—el contrario rió con ganas.
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Hechizo [HopeV]
Fanfiction¿Has escuchado alguna vez sobre la leyenda de las brujas?, sí, esas que hacen maleficios y hacen pactos con el más allá. Aquellas que sí las ves, debes reportar, para así ser echadas en la hoguera. ¡Ten cuidado!, no todo es lo que parece. Yoongi s...