Hechizo [HopeV]

XI - Juicio (Final 2/2)

Iban con sus brazos enlazados mientras caminaban por las aceras de la ciudad. En sus brazos libres cargaban bolsas de compras, que habían realizado en ese día. Su rubio amigo había insistido esa mañana para que lo acompañara a elegir una prenda decente que llevar a la ceremonia de graduación de Jungkook, su ahora novio.

El azulejo se había negado rotundamente, no quería salir ese día, ya que estaba preocupado por Hoseok. En lo poco que habían hablado, la voz del mayor se escuchaba cansada y angustiada, además le había comentado que hoy sería el juicio que decidiría el destino del su mellizo.

Y aunque no quisiera, esa angustia se la había traspasado, no se sentía a gusto con la situación del azabache, ellos eran una pareja, por lo tanto su felicidad, sus preocupaciones, angustias, y deseos, eran compartidos, o la mayoría de ellos. Pero el rubio era terco y manipulador, así que al final terminó cediendo al pequeño capricho de su amigo, aunque en el fondo, sabía que Jimin lo hacía con la intención de distraerlo.

Y ahí estaba, con bolsas de compras y sonrisas que pintaban su rostro, de verdad la salida lo había ayudado a despejarse un poco.

—Gracias, Jimin. Eres el mejor.

—No es nada, eres mi mejor amigo—lo abrazó, siendo correspondido por el contrario.

Pero el emotivo abrazo fue interrumpido por el sonido del celular de Taehyung, quien tuvo que romper el abrazo, para sacar el dichoso aparato del bolsillo de su pantalón de mezclilla. Al observar el nombre de su amado en la pantalla, una pequeña incertidumbre se apoderó de él, y al mismo tiempo una emoción por escuchar su voz, lo extrañaba demasiado, aunque solo había pasado un par de días.

Sin más, se disculpó con su amigo y descolgó la llamada, colocando el celular en su oreja. El rubio le señaló una tienda de perfumes, indicando que entraría, a lo que el otro asintió.

—Hola amor, ¿Todo bien? —preguntó una vez contestado la llamada, con una sonrisa boba en su rostro.

—Tae, cariño. Más o menos—se rascó la nuca, algo nervioso.

— ¿Pasó algo malo? —se preocupó un poco.

—No sabes cuánto te amo, de verdad, eres lo mejor que me pasó—mordió su labio inferior.

—Hoseok, ¿Qué ocurre?

—Necesito que hagas algo por mí, es de vida o muerte—ok, ese tono no le gustaba, sabía que le pediría algo que sería difícil.

—Habla ya.

—Yoongi será sentenciado a muerte—esa confesión lo pasmó en su sitio—. Pero hay una forma de que sea absuelto de esa sentencia.

— ¿Y bien? —se preparó mentalmente, sabía que lo que escucharía, no le iba a gustar.

—Tuve que mentir diciendo que él se había disculpado contigo, e incluso que lo habías perdonado—bien, no lo esperaba—. Perdóname, amor. Sé que está mal mentir, pero no podía permitir que se salieran con la suya, no es justo.

— ¿Y lo que él me hizo si lo es? —cuestionó el menor, enarcando una ceja.

—No lo es. Pero a lo que me refiero, es que no merece la muerte por eso.

—Lo sé, lo sé—respondió el azulejo, acariciando su entrecejo—. ¿Qué es lo que se supone debo hacer? —no podía creer que ayudaría al causante de sus males.

—En fin, necesito que declares y confirmes ese hecho. Si lo haces, estaré agradecido de por vida, y no solamente yo, Namjoon también, y seguramente Yoongi.