5 - Alfa cautivador

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Su estómago rugió, Jisung llevó ambas manos a su panza y la acarició suavemente después de estirarse para quitarse toda la flojera que tenía

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Su estómago rugió, Jisung llevó ambas manos a su panza y la acarició suavemente después de estirarse para quitarse toda la flojera que tenía. No sabía si la comida estaba lista, pero igual bajaría para comprobarlo, detestaba quedarse en casa, sobre todo cuando no tenía nada que hacer.

Iría a visitar a su madre más tarde, pues Minho le había dejado ir hoy también.

Pero ahora mismo estaba muriendo de aburrimiento y ya no creía soportarlo más. No es como si pudiera hacer muchas cosas, puesto que eso significaba llevar a una manada de guardias detrás de él, y no le gustaba eso.

Se puso sus pantuflas y se acomodó el cabello, el cual estaba revuelto por haber estado acostado por largas horas. Bajó corriendo desde su habitación hasta la planta baja de la casa, para poder dirigirse a la cocina.

No sabía dónde estaba su esposo, y la verdad no le importaba mucho, la última vez que lo había visto fue aquella mañana cuando despertaron, claro que nada malo pasó, Minho no intentó nada más allá que ponerlo nervioso, eso fue todo. Después había prometido jamás volver a entrar a su habitación y había salido corriendo de ahí.

¿Cómo pudo ser tan descuidado y quedarse en la habitación del alfa?

Definitivamente nunca volvería a cometer el mismo error dos veces, la siguiente vez dejaría los productos para su cuidado en la entrada de su habitación.

Sí, eso haría.

Cuando entró a la cocina y saludó a la cocinera, decidió que ese día no se vería arruinado por ningún alfa, en especial por Minho. Devoró su desayuno para así no regresar antes a casa, quería quedarse al menos el resto de la tarde con su madre, además de que Hyunjin lo estaría acompañando como siempre.

— Buenas tardes, Jisung — saludó Hwang, tomando asiento a su lado en el comedor.

— Buenas tardes — le respondio, terminando de tomar su jugo.

— ¿Ya nos vamos?

— Ah si, espérame, tengo que ir a cambiarme todavía — le avisó. — Oh... de camino paremos en el centro, necesito comprar algunas cosas para mi madre ¿sí?

— Claro, no hay problema — le respondió Hyunjin.

El omega se levantó de su lugar y se apresuró a subir a su habitación para poder cambiarse, no quería saber absolutamente nada de su esposo hasta que llegara a la casa, así que decidió que dejaría el celular. Después de todo si algo pasaba, Minho podría llamarle a Hyunjin, sin problema alguno.

Cuando estaba abrochando su camisa, sin pantalones puestos más que sus boxers, la puerta de su habitación se abrió rápidamente, el omega dio un saltó y gritó enojado.

— ¡Por la mierda! ¡ya te dije que toques antes de entrar! — gruñó furioso, tratando de cubrir sus piernas con la camisa que traía puesta.

— Perdón — el moreno bajó la mirada, evitando verlo. — Solamente quería saber si ya estabas por irte.

Casado con la mafia - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora