Un gemido desbordó de su boca, llegando perfectamente bien a los oídos del alfa. Era la primera vez que escuchaba a Jisung gemir de esa manera por él, algo se encendió dentro de su pecho, un calor acogedor que lo hizo sentirse afortunado. Hace ya varias semanas que las cosas en su relación habían mejorado, pero nunca imaginó que llegaría el día en el que Jisung no se quejaría de tenerlo tan cerca, de besarlo como se le diera la gana, de tocar su piel desnuda sin quejarse de que fuese él quien lo hiciera.
Se sentía feliz de estar siendo correspondido. No, se sentía feliz de que ambos se estuvieran dando una oportunidad, tiempo atrás él había sido quien alejaba a Jisung constantemente porque en vez de sentarse y hablar con él, lo arreglaba todo alejándose y impidiéndole salir, lo tenía en una jaula sin escape. También había actuado como un idiota desde que se habían casado.
Por mucho que su cariño y amor por Jisung se haya disparado desde el momento en que lo vio, de alguna manera tuvo que aprender a disfrazarlo, porque entonces podría ponerlo en peligro.
Qué curioso, ambos se habían enamorado sin problema alguno, pero debido a su situación, tuvieron que odiar su relación.
Sin embargo, ahora que tenía a Jisung a su lado, no iba a soltarlo jamás. Incluso que tenía que alejarse de todo esto, si tenía que perderlo todo, hasta el mínimo respeto de su padre, entonces lo haría. Daría todo por tener una vida normal.
Después de todo, él nunca eligió nacer en una familia como esa.
Si eso hacía a Jisung feliz, si eso le daba el tener a Jisung con él todos los días de su miserable vida, si eso le permitía besarlo, tocarlo y complacerlo, entonces lo haría.
Besó una de las mejillas del contrario con cariño, dejando un pequeño camino de besos hasta la curva de su cuello, Jisung estiró un poco más esa parte para que Minho pudiera besarlo sin problema alguno. Una de las manos del alfa se encontraba acariciando su cabello con suavidad y la otra se encontraba sosteniendo una de sus muñecas.
Jisung suspiró con fuerza al sentir como los besos que el moreno dejaba cada vez se sentían más calientes. Quería moverse y detener lo que estaba por pasar, pero tampoco quería hacerlo, sobre todo porque se sentía muy bien.
¿Cuánto tiempo había tenido que aguantar? Ya no quería hacerlo esperar, y él tampoco quería seguir esperando.
Estiró la otra mano libre y tiró con algo de fuerza de la camisa que llevaba el alfa, sus labios se posaron sobre los suyos una vez más, y aunque esta acción dejó algo confundido a Minho, pocos segundos después correspondió el beso de Jisung.
Sacó su mano de los cabellos del omega para tomar su mandíbula y presionar más el beso, mordió su labio inferior haciendo que Jisung abriera la boca sólo un poco, entonces aprovechó para hundir su lengua en su cavidad bucal. Jisung gimió al sentir la lengua del alfa pasearse por su boca, el beso se había tornado muy húmedo, tanto que pequeños hilos de saliva caían de las esquinas de su labio.
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Casado con la mafia - Minsung
Lãng mạnHan Jisung, gentil omega que a la edad de 19 años fue obligado a casarse con el hijo de los Lee. Los Lee eran una de las familias más poderosas y respetadas de la ciudad de Busan. Y su hijo mayor, Lee Minho, comenzaria a dominar muy pronto en su bie...