Han Jisung, gentil omega que a la edad de 19 años fue obligado a casarse con el hijo de los Lee.
Los Lee eran una de las familias más poderosas y respetadas de la ciudad de Busan. Y su hijo mayor, Lee Minho, comenzaria a dominar muy pronto en su bie...
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Un lastimero gemido salió de la boca del omega, un espasmo con frenesí recorrió todo su cuerpo en cuanto sintió el filo de los dientes de su alfa rozar la zona de su cuello. Jisung ya no sabía que hacer, tampoco estaba seguro de cuánto tiempo había pasado ya desde que comenzaron a hacerlo.
Lo único que sabía era que su espalda y entrepierna dolían mucho, su alfa se había encargado de destruir la poca fuerza que le quedaba.
Estaba exhausto hasta la muerte, ese alfa entre sus piernas no había parado hasta que lo llenó por completo, las primeras dos veces le había recordado usar protección pero después de eso ni siquiera supo que fue lo que pasó.
Ya no tenía ni aliento para quejarse con él.
La marca aún no estaba hecha, Minho había estado dudando entre ese lapso de tiempo sobre si hacerlo o no, aunque Jisung se lo hubiera pedido el omega se podía dar cuenta de que su alfa dudaba sobre lo que estaba por hacer.
Jisung subió sus manos sobre la espalda del alfa, dándole suaves caricias para después aferrarse a él. Dejó un beso sobre su hombro y sintió como el moreno mantenía su rostro escondido entre cuello. Lo entendió, no quería hacerlo, estaba dudando mucho en esta decisión.
Pero ¿entonces que caso tenía para él haber vivido durante tanto tiempo a lado de este alfa? Si al final, no iban a quedarse juntos.
— Por favor...
Sus palabras fueron casi como una súplica llena de dolor e impaciencia, quería decirle que estaba bien, que se quedaría a su lado a pesar de todo lo que pasara.
Originalmente ya habían ideado un plan para terminar con todo esto, el problema es que dejando de lado sus planes, ahora mismo lo único que quería era ser marcado por su alfa, y quedarse junto a él.
Minho soltó un pequeño quejido, se separó sólo un poco del cuello del omega, lo suficiente para dejar un beso en aquella zona. Jisung se relajó al percibir el aroma de su alfa, el mayor desprendió sus feromonas para calmarlo, creyó que tal vez lo hacía para despistarlo de la situación.
Pero en un segundo, las feromonas se volvieron más fuertes y por un instante sintió su corazón detenerse. Sus ojos se abrieron y se cerraron al instante con demasiada fuerza, mordió su lengua evitando gritar o quejarse. Dolía, dolía mucho, los dientes de su alfa se estaban clavando en su cuello, sintió algo bajar desde su cuello hasta su pecho, mojándolo por completo, el olor a sangre se mezclaba con las feromonas y un increíble éxtasis lo llenó.
Minho quiso contenerse, de verdad quiso hacerlo, pero en cuanto sus dientes se clavaron en aquel lugar ya no pudo hacerlo. De repente, quiso seguir haciéndolo, mordió con fuerza para crear su lazo sin importar cuanta sangre salía. Una marca no era tan bonita como aparentaba.
La carne de Jisung estaba levemente abierta y se sintió feliz internamente, su mirada se nubló exactamente como hace rato. Tomó las manos de Jisung y las agarró con fuerza, el omega sintió un ligero cambio en el ambiente.
