20 - Una omega

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Jisung nunca había viajado a otro país, para él era completamente nuevo estar subiendo a un avión privado directamente hasta Busan

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Jisung nunca había viajado a otro país, para él era completamente nuevo estar subiendo a un avión privado directamente hasta Busan. Ah, si se hubiera quedado callado cuando Minho le dijo que no podía ir, no estaría viendo todo esto ahora mismo.

El avión era lujoso, por supuesto era digno de un mafioso, pero le dio cierta curiosidad ver como solamente estaban viajando pocas personas. Por lo que el moreno le había dicho, pensó que tal vez estaría llevándose a toda la gente que tenía en casa.

Sin embargo, a pesar de que Minho aún no tenía conocimiento de la persona a la que iban a conocer, tampoco quiso privatizar a Jisung de la libertad de conocer otro lugar que no fuera su casa. Así que ordenó a las empleadas que hicieran sus maletas para llevarlas, ya sea que la persona que iba a conocer fuera un peligro trataría a toda costa de manejar bien la situación.

Después de viajar unas pocas horas, llegaron al hotel donde se quedarían. Jisung se había quedado dormido a la mitad del camino, ya que el avión realmente le resultaba sumamente aburrido.

Minho fue quien lo despertó y lo ayudó a caminar, diciéndole que sí aún tenía sueño podía cargarlo hasta el auto para ir al hotel. Jisung al imaginarse tal escena se sintió avergonzado, así que simplemente se quitó el sueño de encima y fingió ya no estar adormilado.

Cuando llegaron a su habitación, Jisung quedó sin palabra alguna, tal vez porque nunca había salido a algún lugar con Minho, sobre todo un lugar como ese.

— Si aún tienes sueño puedes dormir — el alfa lo miró atentamente.

— Mmh, gracias, pero creo que no dormiré — le respondió, abrió una de las puertas que daban acceso al balcón de la habitación, mirando la agradable vista de un hotel muy hogareño y elegante. — Es la primera vez que veo algo como esto.

Era la primera vez que Jisung tenía frente a sus ojos la imagen de una vida tan pacífica. Podía ver no solo las piscinas, también veía familias felices y niños corriendo, veía el restaurante con una ligera ambientación musical, no cualquier música por supuesto, sino música clásica. Veía a parejas tomadas de la mano y conversando, el hotel no era de muchos pisos, al contrario era extenso, lo que dejaba de lado el hecho de subir y bajar por escaleras o subir por elevadores. Era un hotel tranquilo y le agradaba sentir el ambiente de felicidad de el lugar.

En su casa solamente podía percibir silencio y hombres gritando o golpeándose en las
horas de entrenamiento.

Mientras Jisung admiraba el lugar, alguien lo admiraba a él. Minho debía admitir que no era tan difícil complacer a su omega, a Jisung podías hacerlo feliz con tan pocas cosas.

Pero eso le tomó mucho tiempo entenderlo, tal vez porque no se tomaba el tiempo para hacerlo, antes estaba tan hundido en la idea de que, no importaba si su relación era un desastre, mientras estuviera a su lado nada le impediría alejarse. Pero, jamás se tomaron el tiempo de pensar en el otro.

Casado con la mafia - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora