Iban para el segundo día y Minho seguía en cama, aunque ya se sentía mucho mejor, su cuerpo aún dolía cubierto de gasas y vendas que lo ayudaban con las heridas que habían dejado los trabajadores de su padre. Le hubiera gustado no tomarse esos días descansando, pero Jisung y Seungmin lo habían obligado, aunque solamente bastaron las palabras de Jisung para hacerlo entrar en reposo.
Claro que había terminado sumamente herido, tal vez porque había sido golpeado por varios hombres que tenían el doble de su masa corporal, él no era tan musculoso, pero sabía defenderse, el problema es que no pudo contra todos, y sinceramente ni siquiera se esforzó por vencerlos.
Era mejor quedarse quieto y recibir las consecuencias para terminar más rápido.
Durante esos dos días, Jisung era quien cuidaba de él, solamente algunas veces, pues también Minho tendían a pasearse por la habitación para ver que tal estaba. Y no iba a mentir, le encantaba tener a su omega cuidándolo, que le recordara tomar sus medicamentos, medicamentos que fueron especialmente comprados por Jisung para él, era feliz con sólo ver al omega entrar para traerle un poco de comida, lo mejor de todo es que por lo regular Jisung era quien cocinaba. También le gustaba que cambiara sus vendas constantemente y preguntara cada vez que fuera verlo el cómo seguía.
Solamente por eso le gustaba estar tendido en una cama después de una golpiza.
Había valido la pena cada maldito golpe, pues al final, Jisung se quedó con él.
Tal vez no era lo mejor, pero no podía negar el hecho de que no sería feliz viendo como su padre o sus trabajadores golpeaban a su omega. Seguramente era un idiota, por querer defender a su omega, recibiendo golpes de parte de su padre como un castigo por ceder tan fácilmente ante un omega, cuando él era un alfa. Pero, aunque fuera una completa idiotez para su madre, el amor que Minho sentía por Jisung era más fuerte que cualquier cosa.
Y ese siempre sería el problema.
Lo único cercano a tener una vida normal, sin la mierda que lo rodea, era Jisung. Ese omega siempre sería su hogar seguro. Aunque sabía perfectamente bien que nunca podría tener una vida tranquila, quería hacer su mayor esfuerzo por intentar tenerla.
La puerta de su habitación fue abierta por Seungmin, el omega entró en la habitación y miró a su amigo, quien aún se encontraba sentado sobre la cama.
— ¿Y cuándo piensas pararte de ahí? — preguntó levemente molesto.
— Cuando me sienta mejor.
— Ja, por supuesto que no, te gusta tener tu trasero ahí y que otros hagan el trabajo por ti — reprendió Kim.
El moreno soltó una ligera sonrisa y asintió para darle la razón a su amigo.
— Es cierto, me gusta estar en mi cama.
— Ah — suspiró el menor. — Sabes, durante estos días Jisung a estado más tranquilo de lo normal, creó que piensa que es su culpa, el que te hayan castigado de esa manera, que te hayan golpeado hasta que perdiste la consciencia. Creo que se asustó tanto como nosotros.
ESTÁS LEYENDO
Casado con la mafia - Minsung
RomanceHan Jisung, gentil omega que a la edad de 19 años fue obligado a casarse con el hijo de los Lee. Los Lee eran una de las familias más poderosas y respetadas de la ciudad de Busan. Y su hijo mayor, Lee Minho, comenzaria a dominar muy pronto en su bie...