CAPÍTULO 4

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UNA SOMBRILLA NEGRA

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Orlando Bonfim Pov

1 de Abril de 1964

Una sombrilla negra paseaba al medio día en las manifestaciones en contra y a favor de la reforma agraria y su portador buscaba escabullirse entre la multitud.

"No hay mejor escondite para un fugitivo que las brasas calientes de un gentío a punto de enardecer."

Se decía Orlando Bonfim, creyéndose a salvo y sin ser reconocido más que por una amiga que sabía, no lo delataría.

Así pasó desapercibido por la plaza central de Belo horizonte con la ayuda de su sotana y al son del bullicio de las masas emprendió su fuga.

Así pasó desapercibido por la plaza central de Belo horizonte con la ayuda de su sotana y al son del bullicio de las masas emprendió su fuga

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15 de Junio de 1964

Tenía la soga al cuello desde días atrás, a pesar de haber salido airoso de Belo Horizonte, no podía llevar la sotana por más tiempo. El PCB consiguió rescatarme a tiempo ese día, pero hoy corría por cuenta propia.

Supe que estaba en cuenta regresiva cuando por la mañana encontré una nota bajo la puerta de mi escondite que decía:

"Orlando Bonfim sepa que su hábito ya no puede salvarlo y si no quiere más balas en su cuerpo aparezca en esta dirección a las 10 de la noche

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"Orlando Bonfim sepa que su hábito ya no puede salvarlo y si no quiere más balas en su cuerpo aparezca en esta dirección a las 10 de la noche.

Iglesia Nossa Senhora da Glória - Contagem* "

No tenía escapatoria más que averiguar porque aún me concedían la vida. Supongo que debía utilizar una vez más esta sotana pues nadie sospecha de un hábito negro rondando una iglesia.

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Llegué a la hora acordada a la iglesia, la cual parecía más un lugar lúgubre que de salvación. Lejos estaba de ser un fiel cristiano, pero era un acto de fe el que hacía que mis pies caminaran con destino a una emboscada segura.

UN HURACÁN EN RÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora