CAPÍTULO 3: ¿QUÉ SIGNIFICA ESO?

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LAURA:
Sé que no lo está pasando bien, y quiero hacer todo lo posible para que se sienta cómoda, pero no puedo evitar pensar que a lo mejor, lo único que causamos es más dolor al hacerla sentir en familia. Al fin y al cabo solo la conozco de hace un año y medio, y pasar de verla solo tres días a la semana durante una hora y media a de repente 24 horas los siete días, es un cambio brutal. Pero sé que la quiero, y cuanto más me repito por lo que ha pasado, más ganas me dan de decirle que todo saldrá bien.
Se ha acabado el entreno, y estoy muy nerviosa, no sé que hacer. ¿La espero fuera, la espero a su lado? De repente Mark me saca de mi bucle. Con unas vallas en las manos que habíamos usado hacía cinco minutos me dice:
-¡Laura! Ayúdame con esto, por favor, que hay demasiadas cosas.
Voy lo más rápido que puedo, ya que aún me duele el pie de la última vez que me lo torcí. Cojo un par de cosas del suelo y voy hacia la despensa donde el club guarda todos los materiales.
Me levanto de haber dejado las vallas en el suelo, y cuando me decido a ir a por Edna, Mark me coge de la muñeca y me atrae hacia él dudando.
-Tengo que decirte una cosa...-Me dice
-Dime?-Pregunto un poco incómoda.
-Es que... Bueno, déjalo.
-No, no, cuéntame, sabes que somos amigos, puedes contar conmigo para lo que quieras.
-Ya te lo contaré mañana, hoy estás en otra cosa.
-Tú mismo, si no escríbeme.
-Eso haré. Otra cosa distinta. Cuida de Edna, por favor, está muy necesitada de amor familiar y lo último que necesita es que la usen o algo parecido.
-Lo haré, gracias por el consejo.-Le respondo obviando la información que me está dando.
Y con un movimiento ligero de cabeza se despide y desaparece de mi vista.
¿Qué ha sido eso? ¿Un me gustas? ¿Un tengo una cosa privada que decirte? O simplemente ¿nada? No lo sé, pero como ha dicho Mark, ahora mismo lo primero es Edna. Salgo, y todos los padres están preguntando a Edna que con quién se va hoy. Ella repite sin parar que viene conmigo, y los padres entre ellos hablan sobre el favoritismo nada más enterarse. Y entonces con el orgullo en la cara, sonrío y la cojo de la mano mientras me la llevo hacia el coche. Ella pregunta:
-¿A qué ha venido eso?
-Hasta que te vayas de mi casa, eres mía-Respondo con una sonrisa burlona.
Ella sonríe, y le veo en los ojos los nervios que intenta no aparentar. Nos montamos en el coche con tranquilidad pero con nerviosismo a la vez. A partir de ahí nos sumimos en un silencio extraño.
-¿Quieres que te explique cómo irá la noche?-Le pregunto para romper el silencio incómodo.
-Como quieras-Me responde.
-Llegarás a casa, mi madre se presentará, aparecerá un niño bastante alto, llamado Max. Creo que ya te he hablado de él, pero bueno. Luego pondrás tus cosas en la habitación y te ducharás después de mí. Cenaremos no sé qué y luego iremos cada uno a su habitación. Como tú y yo compartimos habitación podremos hablar de tus problemas hasta que te canses.
Asiente con la cabeza, y rápidamente, cuando se da cuenta de que he acabado, desvía la mirada hacia la ventana.
-¿No opinas nada?-Le pregunto.
-No lo sé Laura, no sé si molestaré o alteraré todos vuestros planes, o si simplemente será otra cicatriz en mi corazón porque me sentiré bien viviendo aquí, pero sabré que me tendré que ir en algún momento.-Me responde un poco triste.
-Te entiendo, pero por favor no pienses que vas a molestar.-La intento consolar.

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