CAPÍTULO 11: ¿VUELVES?

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LAURA:
Me he pasado los siguientes tres días en casa de Mark, intentando entrar en razón. Dormimos abrazados todas las noches, y nos hemos ido conociendo poco a poco. Cenamos todas las noches delante de la tele, comentando algunos reality shows. Pero ambos sabemos que nuestra cabeza está en Edna.
-¿Qué haces?-Me pregunta Mark.
-Estoy preparando una mochila, me voy en busca de Edna. ¿Y si le ha pasado algo y no lo sabemos?
-Déjala unos días más... Necesita pensar.
-¡Es mentira! ¡No necesita más días, lo que pasa es que no queréis ir a buscarla porque la habéis dado por perdida! ¡Yo no me voy a rendir!-Le grito con toda la rabia que tengo.
-¡Es mentira! ¡Yo no he dicho eso! ¡Eres una egocéntrica, solo piensas que lo tuyo es lo correcto, siempre has sido así! ¡Eres una inútil!-Me grita él.
-¡Eres muy pesado, déjame en paz! Sal esta noche y fóllate a la que pilles, total, ¿será mejor que yo no?-Le digo enfadada pero llorando.
Suspiro, y me vuelvo a echar a llorar. Él se siente mal por lo que me ha dicho, y yo me siento peor. Estamos en paz. Sé que no debería dejarlo que me abrazará, pero lo hago. Me relaja, me calma.
-Nadie más va a ser mi princesa.Te lo juro.-Me dice ya más relajado.
-¿De verdad?-Le digo.
-No, ahora que pienso no.
-¡Lo ves! Eres un hijo de puta.-Le digo desprendiéndose de sus brazos.
-¿Sabes quién será?-Me dice  en tono de burla.
-No, y no quiero saberlo.-Le digo enfadada casi llorando.
-Nuestra hija, tonta. Nuestra hija será mi princesa.
Me echo a llorar mientras él se ríe.
-Te quiero-Me dice.-¿Quieres buscar a Edna?
Le digo que sí con la cabeza, y me da un beso en los labios.
Entonces decidimos que por mucho que ella no quisiera que la fuéramos a buscar, teníamos que hacerlo. La necesitábamos mucho y la queríamos. Encima no sabíamos qué había pasado, pero según la policía tenía muchos moratones en la cara. Había que descubrir qué había pasado.
Según los estudios y cálculos que hemos hecho Mark y yo, Edna pretende partir a las 17:00 de la estación de tren de Barcelona, y son las 16:55 y aún no ha aparecido.
Allí está. Ha crecido y se la ve más asalvajada, menos cuidada. Tiene el pelo rastroso, como si no se lo hubiera duchado desde que se fue. Sí que es verdad que tiene la cara llena de morados, pero ahora ya un poco más disimulados, como si ya no fueran tan recientes. Entonces Mark me guiña el ojo. Es hora de actuar. Salgo corriendo hacia ella. Y en cuanto me ve se echa a llorar sobre sus rodillas. La intento abrazar, pero no me deja, me aparta con su brazo izquierdo. Ha crecido un buen trozo, y creo que ha adelgazado un poco también. En cuanto se levanta me dice:
-Encantada de haberte conocido, pero me pierdo el tren, chica.
-¿Ya no me vas a llamar ni por mi nombre?
-De verdad, pierdo el tren, déjame pasar.- Me dice con las lágrimas en los ojos.
-Sé que fui muy inútil. Si quieres a alguien, no se puede hacer nada. Dime a mí que ahora no me puedo separar de Mark. Y sé que quieres a mi hermano, y él te quiere con locura, lo lleva repitiendo desde que te fuiste.
-No quiero hablar, y menos contigo.-Me dice.
Pero yo sigo a lo mío.
-Cuando tenía dos años soñaba en unicornios y fantaseaba en tener cuatro años para sentirme más mayor. Cuando tenía cuatro quería tener seis para así ir a primaria como los niños mayores. Con seis soñaba con tener diez para así tener dos dígitos. Cuando hice diez quería hacer doce para que así me dejaran salir con mis amigas e ir al instituto.Cuando tenía doce soñaba con tener catorce, para así tener un buen móvil, con un novio con el que liarme y presumir delante de mis amigas. Con catorce quería tener dieciséis porque con catorce me rompieron el corazón, y estaba deseando tener mi propio dinero para comprarme mis cosas y viajar. Con dieciséis deseaba tener veinte porque me sentía muy sola y quería empezar la universidad y conocer gente nueva. Y ¡PUM! De golpe y porrazo apareces tú, y le das la vuelta a mi vida. Apareces en mi casa, caes bien a toda mi familia, te caen bien todos, te gustas con mi hermano y no te preocupes que ya tengo el próximo logro para saltar de dígito. Quiero pasar a los veintidós porque le he arruinado la vida a mi amiga o más bien hermana y a mi hermano, solo porque a mí me parece incómodo que estéis juntos. Pues no, no quiero que eso sea una razón, porque desde que apareciste no tenía ninguna razón por las mañanas para estar triste, y si la tenía, tú siempre me sacabas la sonrisa. Así que por lo menos, si no te vas a quedar y te vas a ir después de todo esto, mándale un mensaje a mi hermano, diciéndole que te vas por mi culpa, por como te he hecho sentir, no porque no lo quieras, lo oigo llorar, desesperadamente todas las noches. Y a mí, solo te pido que te despidas llamándome por mi nombre, por favor, que así el recuerdo que me queda contigo es bueno.
Se queda en silencio durante lo que parecen años.
-¿Todo lo que me has dicho es verdad?-Dice cortando el silencio.
-Cada jodida palabra es tan de verdad que no te lo puedes llegar a imaginar.
Me abraza y dice:
-Os quiero como si fuerais mi familia.
-Bienvenida a casa Edna, eres de la familia. Te hemos echado mucho de menos, y felicidades, que hoy es tu cumpleaños por si no te acordabas.

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