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4 de Septiembre, 1995: Primer día

Por supuesto que me había quedado encerrada en mi cuarto todo el fin de semana. No quería saber nada de nadie.

A este punto, todos eran unos mentirosos, para mí.

Pero mi tiempo de quedarme en la cama se había terminado, dado que hoy temprano Dumbledore había mandado a uno de los prefectos de sexto año a llamarme. Quería hablar conmigo.

¿De qué cosa primero? ¿Esa tal Sophia Potter? ¿Los hermanos Riddle? ¿O ACASO IBA A DECIRME ALGUNA OTRA COSA LOCA? A este punto, ya no lo sabía.

Lo peor de este fin de semana fueron los mareos constantes que tuve, la dificultad para respirar además de las palpitaciones cardíacas aceleradas que comencé a tener. Sentía que moriría en ese mismo momento. No quería decirle a nadie, ya que no quería ser una carga para mis amigos.

Aún así, tuve que levantarme antes que las demás para hablar con Dumbledore antes de las clases.

Entré al baño para ducharme, tardé alrededor de 25 minutos, tal vez. Me quedé allí en el baño para hacerme mi rutina para mis ondas, recomendación de Andy, para que estuvieran bien formadas y no parecieran un nido de ratas. Terminé con la rutina, me puse bastante rímel y algo de rubor, para no parecer un zombie. Finalmente, me puse el uniforme, perfume, tomé mi bolso y salí de mi habitación.

En la parte de abajo de la sala común me encontré con Harry, quien se dio vuelta para verme con una total seriedad.

-¿Dumbledore también te llamó? -pregunté, caminando hacia la salida, seguida de él.
-Sí -fue lo único que respondió.
-Bien.

Ambos salimos de la sala común, caminando por los pasillos de Hogwarts en total silencio. Fuera de la oficina de Dumbledore, estaba nada más ni nada menos que Emericus Snape, hijo de mi profesor favorito, Snape, claramente. Estaba acompañado de los Riddle y mis amigos, con los cuales seguía enojada. Con Harry solo nos detuvimos ahí, apoyándonos contra una pared a esperar ser atendidos.

-Vaya, vaya, si son los queridos gemelos Potter -comenzó a decir el pelograsiento ese-. Díganme, chicos, ¿qué se siente que todo el Mundo Mágico piense que son unos mentirosos? Además de eso, ¿fueron ustedes quienes mataron a Krum?
-Emericus, cállate -dijo Draco, siendo apoyado por Enzo, Theo y Blaise.
-Dime, Emericus, ¿qué se siente que tu papá sea un maldito abusón con sus alumnos? -respondí, acercándome a él.
Vi cómo su mandíbula se tensó y apretó sus puños -¿Qué dijiste, Potter?
-Solo respondí a tu provocación, pensé que esto de andar peleando lo habíamos dejado en tercer año. Pero veo que tú no maduraste.
-Y tú seguro que tus papis te enseñaron a madurar, ¿verdad, Potters?

Casi automáticamente, agarré al maldito pelograsiento ese por la camisa, estampándolo contra la pared. ¿Cómo había sacado tanta fuerza? Ni yo sabía, lo que sí sabía es que nadie mencionaría a mis padres, menos este maldito Snape.

-Voy a maldecirte hasta la locura, Emericus. Pero primero voy a lanzarte tantos crucios que me pedirás clemencia, me pedirás que pare -amenacé, sintiendo las miradas sobre mí, con mi varita en su cuello-. Y cuando llegues a ese punto, te dejaré completamente loco y disfrutaré cada minuto.

-Lottie... -sentí la voz de Lorenzo-. Lottie, detente...
Su voz me hizo volver a la realidad, porque si había alguien que me hacía volver en sí, era Enzo. Solté a Emericus y, cuando me di la vuelta pude ver a Remus y Dumbledore acompañados de una mujer y un hombre, todos mirándome.

Destiny Spell Our Love | Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora