VIII

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Sábado 4 de noviembre de 1995.

Halloween había sido lo peor, la peor festividad para mí en todo el año. Aun así, Cassie logró convencerme de ir a una fiesta que organizaron hoy todas las casas. Acepté porque me parecía demasiado triste quedarme sola en mi habitación llorando hasta quedarme dormida.

Giré la cabeza para ver el reloj en la mesita de noche, notando que eran casi las 10 AM. Anoche había tenido una patrulla junto a Ron, y nos llevó más tiempo del normal, o al menos así lo sentí debido al incómodo silencio que había entre nosotros.

Me había perdido el desayuno, o eso pensaba hasta que vi sobre la cama de Cassie un plato con cereal acompañado de cuatro panqueques con salsa de chocolate.

«No quería despertarte, cuando estés lista ven al Gran Comedor, iremos a Hogsmeade.

Cassie.»

Sonreí y comencé a desayunar tranquilamente, muy tranquilamente, ya que cuando había acabado ya eran las 10:40 AM. Para empezar el día de buena manera, puse uno de los vinilos que Andy me había regalado de Taylor Swift "1989".

"Merlin, cómo te amo Andy", murmuré mientras lavaba mis dientes. No mentía, si no fuera por ella, no tendría ese vinilo y algunos más de Taylor y Lana.

Terminé finalmente de arreglarme para salir. Me puse un poco de rímel, rubor y bálsamo labial. Además, me puse una camisa blanca simple con unos pantalones formales de pierna ancha y cintura alta. Claramente, los acompañé con un blazer también grande y zapatillas blancas.

Era Draco.

Draco en versión femenina y con pelo rojo.

En fin, tomé unos lentes de sol (no había sol, pero era solo para subirle al outfit). Agarré mis accesorios de siempre, perfume y finalmente salí de mi habitación, bajando hacia la sala común donde estaba mi hermano acompañado de sus amigos.

No me saludó, como lleva semanas haciendo. Es como si ya no existiera para él. Pero no podía negar que cada día parecía más pobre en su forma de vestir, claramente todo lo contrario a mí.

-Granger -fue a la única a la que saludé, ya que ella me había saludado. Salí de mi sala común y me encontré con varios alumnos que se alejaban cada vez que quería pasar.

Tampoco les iba a lanzar un crucio si no me dejaban pasar, exagerados.

-Vaya, vaya, Potter, buen estilo -murmuró alguien detrás de mí de manera burlona.

Riddle.

Maldito idiota.

Me giré para encontrármelo vestido con una camisa que parecía estar a punto de explotar por sus músculos y también unos pantalones de vestir negros y zapatos negros.

-¿Qué se te ofrece, Riddle? -murmuré mientras lo veía y me cruzaba de brazos.
-Solo quería saber algo, preciosa....
-Aja -siseé, entrecerrando mis ojos.
-Dime, Potter, ¿tus papás ya te dieron permiso para ir a la fiesta que organizaron esta noche las casas?
-Oh, ¿y acaso tú le pediste permiso a tu papi... o mejor dicho... a tu mamá? Oh, espera, no tienes porque seguro te abandonó -respondí con una sonrisa burlona.

Rápidamente me encontré con la espalda pegada a la pared, mirando hacia arriba y con las manos de Riddle a cada lado de mi cabeza.

-No te atrevas a hablar de mi madre, Potter -siseó, con una mirada asesina.
-Y tú no te atrevas a mencionar a los míos, Riddle. Estamos a mano, correte.
-No te das cuenta, ¿verdad? ¿No te das cuenta de que todas las personas a tu alrededor se mueren por tu culpa? Cada persona que está cerca tuyo, muere. No me sorprendería que eso le pasara pronto a Draco -sonrió de manera cínica-. Tal vez solo deberías entregarte a mi padre y dejar que termine contigo de una vez por todas.

Destiny Spell Our Love | Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora