VII

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Draco.

Él estaba allí.

Como siempre que lo necesitaba.

Estaba allí, abrazándome.

A pesar de que llevaba días ignorandolo.

Pude sentir cómo sus brazos me rodeaban, brindándome el apoyo que tanto necesitaba en ese momento.

-Draco... -susurré, aferrándome a su brazo mientras intentaba regular mi respiración. Cada latido de mi corazón resonaba en mis oídos, recordándome lo vulnerable que me sentía en ese instante.

Él me susurró palabras reconfortantes que, aunque no podía distinguir claramente, sabía que estaban llenas de apoyo. Sentí su mano agarrar la mía y su brazo posarse en mis hombros, acariciando mi mejilla.

Draco no intentó minimizar mi angustia ni me aseguró que todo estaría bien de inmediato. En cambio, simplemente estuvo allí a mi lado, en silencio. Los minutos pasaban, mi control sobre la respiración regresaba y mi mente comenzaba a despejarse.

A medida que el tiempo avanzaba, el pánico empezó a ceder, dejando lugar a una sensación de alivio y gratitud. Miré a Draco con los ojos humedecidos por las lágrimas y cerré los ojos cuando él acarició mi cabello.

-¿Quieres hablar? -preguntó, pero negué con la cabeza y él pareció entenderlo-. Deberíamos ir a la enfermería, Madame Pomfrey debería verte.

Draco me levantó en sus brazos, como si fuéramos una pareja recien casada, según él, porque no quería que caminara ni hiciera ningún esfuerzo.

Al llegar a la enfermería, Madame Pomfrey o Poppy, nos recibió con una mirada preocupada en su rostro. Sus ojos bondadosos se posaron en mí mientras mi rubio le explicaba cómo me había encontrado.

-...Solo llegué y la vi allí, en el suelo temblando y con la respiración agitada -concluyó mi rubio.

Poppy asintió con comprensión y me indicó que me acostara en una de las camillas. Draco se quedó a mi lado, sosteniendo mi mano y jugando con mis anillos mientras Poppy comenzaba a evaluarme.

-Tranquila, querida. Respira profundamente -dijo la enfermera con voz tranquilizadora-. Querida, ¿hace cuánto tiempo te sientes así?
:Desde la muerte de Viktor...
-No sabía qué hacer -intervino Draco-. Yo... yo simplemente me quedé a su lado, acariciando su mano en silencio.

-Hiciste muy bien, querido. Nada es mejor que sentir a alguien a tu lado -afirmó Madame Pomfrey, asintiendo mientras nos observaba con atención-. Lo entiendo. Está claro que Charlotte ha pasado por una experiencia muy intensa. Ahora, Charlotte, necesito que te relajes y te concentres en tu respiración. Respira profundamente, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.

Seguí sus instrucciones, tratando de encontrar un poco de calma en medio de mi agitación. Draco me sostuvo la mano con firmeza, brindándome un apoyo silencioso mientras Madame Pomfrey continuaba evaluándome.

-Estás mostrando signos de lo que los muggles llaman "trastorno de pánico", pero no te preocupes, querida. Es una reacción comprensible dada la situación -dijo Poppy con toda la amabilidad-. Voy a darte algo para ayudarte a calmarte y descansar. También te enseñaré algunas técnicas de relajación que pueden ser útiles en momentos de ansiedad. Tendrás que quedarte en revisión hasta mañana.

Asentí, agradecida por su apoyo y sus palabras reconfortantes. Sabía que estaba en buenas manos con Madame Pomfrey y que ella haría todo lo posible para ayudarme a superar este desafío.

Destiny Spell Our Love | Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora