Una tarde nublada y fría como cualquier otra en Edimburgo, en el pintoresco estudio de una casa, se encontraban el abuelo y su nieta conversando.
—Abuelo, ¿me cuentas otra historia?
—¿Otra más, Nessie?
—Sí, por favor —suplicó la niña sentándose en su regazo.
—Está bien, pero será la última —comenzó a narrar—. Érase una vez, un joven que amaba la música, pero no podía escucharla, ni cantarla y odiaba pensarla. El silencio era su único amigo y de vez en cuando la soledad tocaba a su puerta deseando visitarle. La única voz que escuchaba era la de sus pensamientos, que no sabía si era realmente suya o de alguien más.
—¿Eso por qué, abuelo?
—Era sordo.
—¿Sordo?
—Bueno, no del todo. Digamos que se negaba a oír.
—¡Oh!
—Ese mismo joven conoció, de la manera menos convencional, a una chica. Esta, al igual que él, amaba la música, pero no podía manifestarla. También era amiga del silencio y con la única persona que hablaba era consigo misma. ¡Ah!, y su abuelita. ¿Sabes por qué?
—¿Era muda?, ¿o se negaba a hablar?
—No —sonrió—, su problema era otro.
—¿Qué más sucedió con ellos?, ¿me lo vas a contar?
—Claro que sí, Nessie. Voy a contarte una historia interesante.
—¿Fue una extraña historia de amor?
—Quien sabe...
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Notas muertas
Roman pour AdolescentsNo existe en la tierra un amor más intenso que el de un artista. Y si ambos lo son, dicho amor pende de un hilo entre lo ideal y lo prohibido. Una carta sin remitente unió el destino de dos músicos. El tiempo les enseñó lo peligroso de amar como...