Aprender a decir adiós, incluso cuando es doloroso, fue una lección crucial que tuve que enfrentar en mi vida. Tu partida marcó el final de una relación que, aunque una vez fue hermosa y significativa, se había convertido en una fuente constante de dolor y sufrimiento para ambos.
Nos estábamos haciendo daño, y eso era algo que no podíamos ignorar más tiempo. Durante mucho tiempo, traté de aferrarme a los recuerdos felices que compartimos.
Cada sonrisa, cada risa, y cada momento especial estaba grabado en mi corazón. Pero con el tiempo, esos recuerdos se vieron empañados por las luchas constantes, las discusiones amargas y las noches de insomnio llenas de preocupación
Las luchas contra mi corazón se volvieron interminables, me preguntaba ¿Cómo puedo soltarlo? Si fue el que me devolvió la esperanza al amor.
Cuando finalmente tuvimos esa conversación difícil, sentí un torbellino de emociones. Había lágrimas, palabras entrecortadas y un nudo en la garganta que apenas me permitía hablar.
Adiós" dijo y sentí como mi corazón terminaba de romperse. Después de decir adiós, enfrenté días difíciles. Extrañaba tu presencia, incluso si esta relación nos estaba haciendo daño.
Y por si te lo preguntas, aún te amo , y con todas mis fuerzas.
HASTA LA PRÓXIMA VIDA MI AMOR.