V'S 1

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Abri mis ojos exaltada y me senté mientras observaba mi entorno, estaba en una habitación blanca del mismo color que mi cama, intente levantarme pero mis pies no respondían así que solo me quedé observando la mesa que había en esa solitaria habitación.

Sobre la mesa estaba el único recuerdo de mis padres que me quedaba, aquel broche para el pelo que me regalaron ese fatídico día. En lo que observaba ese broche los recuerdos volvían a mi mente.

Había estado encerrada en ese lugar desde los diez años, desde el día que mataron a mis padres y me llevaron con ellos para experimentar con mi quirk, desde aquel día me he preguntado "¿Cómo supieron dónde vivían mis padres? ¿Cómo siquiera sabían sobre mi quirk?"

Nada de eso importaba ahora, no sabía si había manera de salir de este lugar, ni siquiera sabía en dónde estaba, si no fuera por las revisiones diarias que me hacen habría perdido la noción del tiempo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, yo voltee hacia la puerta y se mostro un hombre de bata blanca —¿Ya puedes caminar?— Su tono de voz indicaba molestia.

Yo solo negué con la cabeza y el hombre de bata blanca chasqueo la lengua para cerrar la puerta nuevamente.

Habían pasado unos minutos cuando volví a escuchar la puerta abrirse, era nuevamente el hombre de bata blanca y está vez no venía solo, lo acompañaba el mismo hombre que me había llevado a mi habitación la noche anterior.

—Lleva a la chica al laboratorio— El hombre de bata blanca me señaló y se fue, luego el otro hombre entro a la habitación y me cargo para llevarme al laboratorio.

Al llegar me examinaron como de costumbre, después de examinarme seguían los experimentos, yo solo esperé a que me amarraran a la camilla y comenzarán, pero me lleve una sorpresa cuando después de examinarme me llevaron directo al cuarto de pruebas y me amarraron a la pared, eso era extraño, ellos nunca se habían salido de la rutina en los cinco años que llevaba en ese horrible lugar.

Frente al cuarto había una ventanilla por la cual los hombres de bata blanca podían observar, yo miré hacia esa ventanilla y logré ver a un hombre extraño, tenía una mascarilla que se asemejaba al pico de un ave, un saco verde, guantes blancos y zapatillas de este mismo color.

No reconocía a ese hombre, eso estaba claro y no me daba buena espina.

—¿Y bien? Me dijeron que esté era su mejor experimento, ¿qué hace?— Se le veía aburrido y parecía no tener ningún tipo de interés.

—Oh señor le va a fascinar su quirk, ¡se adapta perfectamente a los experimentos!— Había aparecido un nuevo hombre con bata el cuál llevaba una sonrisa orgullosa en su rostro.

Vi como la puerta por la que había entrado se abría para mostrar a otro hombre de bata blanca, con guantes blancos y traía unas "herramientas" pinzas, algunos bisturí y bolsas con sangre.

Observé atentamente al hombre, tan solo con ver esas herramientas ya sabía lo que iba a pasar.

El hombre tomo el bisturí e hizo una herida profunda, yo solo cerré mis ojos para soportar el dolor.

—Para empezar, su quirk "neblina" le permite curar sus heridas, lo invito a que observe con más atención— El hombre enmascarado lo miró con cierta cautela para luego voltear a verme con más atención.

A los segundos de la herida sale una niebla azul, la cuál crea una capa de piel cerrando la herida.

—Fascinante, continúen— Escuché esas palabras que el hombre había dicho con mucho interés, algo malo va a pasar.

No sabía cuánto tiempo había pasado tal vez unas horas pero estaba manchada de mi sangre, me sentía débil e incluso más de lo que estaba antes de venir al laboratorio.

El hombre que me estaba torturando tomo las bolsas de sangre y me las metió en la boca, hasta esa simple acción dolía.
Apreté la bolsa con la poca fuerza que me quedaba y empecé a sentir el sabor metálico en mi boca, poco a poco estaba recuperando mi energía.

—Pero debe tener en cuenta que si pierde mucha sangre deberá tomar la misma cantidad que perdió— El hombre enmascarado escuchaba atentamente cada palabra que decía el hombre de bata blanca.

—¿Algo más?— Se le veía insatisfecho parece que está buscando algo que lo impresioné.

El hombre de bata blanca le respondió rápidamente para chasquear sus dedos —¡Por supuesto!—

A los segundos el hombre que me torturaba me soltó y caí al suelo —Ahora, quiero que me traigas aquel broche de pelo que tienes en tu habitación— Claramente el hombre de bata blanca se refería a a mí.

Me levanté como pude y suspiré, al hacerlo la misma niebla que se había hecho presente al cerrar mis heridas salía de mi cuerpo, yo la dirigí con mi mano y abrí un portal, metí mi mano sacando el broche de pelo para luego cerrar el portal, al cerrarlo la niebla automáticamente volvió a mí.

—Ahora la misma niebla que se presentó al cerrar las heridas de la chica puede hacer portales, claro con algunas restricciones que hay que tener en cuenta— En cuanto mencionó las restricciones el hombre enmascarado lo miró con una ceja levantada.

—¿Que clase de restricciones?—

—Verá si la neblina está fuera de su cuerpo y la llegan a herir no se va a regenerar hasta que la neblina regrese— El hombre de bata blanca me miró con cierta molestia.

—No se preocupe, el hecho de que la neblina esté fuera de su cuerpo no es tan malo por nuestras investigaciones y...algunas cosas que le hemos inyectado su neblina se ha vuelto tóxica— El hombre de máscara al escuchar sus palabras lo miró extrañado.

—Dejeme explicarle con un ejemplo— El hombre de bata blanca con un movimiento de mano indicó al hombre con mascarilla que saliera del cuarto de pruebas.

—____, neblina— Si no obedecía me iban a castigar así que en un suspiro volví a sacar la neblina de mi cuerpo cubriendo todo el cuarto.

—Señor, ¿ve algo?— No podía ver la ventanilla pero podía seguir escuchandolos —No—

—Exacto, es facil hacer ataques sorpresa y si la neblina te consume y te pierdes, en algún momento morirás ya que si lo respiras durante mucho tiempo mueres, ¿Qué opina?— Ya había devuelto la neblina a mi cuerpo y estaba sentada en el piso con mi broche en mano esperando a que el hombre enmascarado dijera algo.

—Bien, me la llevo — Pude escuchar como la puerta se abría y rápidamente coloqué el gancho en mi pelo para que no me lo quitarán, al voltear pude ver a hombres con el mismo diseño de máscara acercándose a mí, me agarraron de los brazos me pusieron una bolsa y me inyectaron algo haciendo que pierda el conocimiento.
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Nota del autor:
Probablemente nadie lea esto, pero espero que les haya gustado el capítulo.

Estoy abierta a críticas constructivas.

X: N-A.

Sálvame (Aizawa x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora