¿Estaba muerto? De ninguna manera, no era posible. Si, definitivamente está muerto.
— Disculpe, quiere repetir eso otra vez.
— Tienes 14 semanas de gestación.
— ¡¡QUE!! - Grito.
— EM-BA-RA-ZO - repitió por décima vez.
— Usted está equivocada.
— Niño - suspiró cansada - llevo en esto más años de los que tienes tú. Estás acostado y te estoy realizando una ecografía. ¿Crees que me tomaría la molestia de mentir?
— Yo…llevamos 3 años intentando tener un bebe - lloro - tuve dos perdidas, ¿como quiere que este?
SHOTOOO - Grito Izuku viendo a su mejor amigo entrar - yo…tendré un bebe.— Midoriya si me gritas así pensaré en endeavor - Suspiro - y ya lo sabía.
— ¡¿Cómo lo sabías?!
— En el patrullaje de hace dos semanas dijiste que tenías antojo de algo picante.
— ¿Y eso que tiene?
— Eres la persona menos tolerante al picante que conozco, tampoco te gusta.
— Oh…
— Tampoco quisiste venir conmigo al medico cuando te lo pedí. Y Bakugo no era alguien indicado para hablar de eso. También estás un poco subido de peso.
— OYE - dijo ofendido.
— Muchacho, no puedes seguir trabajando - Sugirió - Estoy segura de que el uso de tus dones afectará a tu bebe.
— Oh - Tomó su celular, lo estaban llamando - Shoto, es el…
— Los dejo solos - Dijo la anciana.
— Creo que deberías responder midoriya.
— Eh, si - estaba nervioso.
Minutos después.
— ¿Crees que hiciste lo correcto - Pregunto molesto cuando el peliverde corto la llamada.
Izuku se quedó en silencio.
— Compórtate Izuku, no seas infantil.
Shoto lo dejo solo. Lo llamo Izuku, de verdad está molesto.
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Katsuki se sentía miserable, un completo idiota. Nunca ha sabido cómo expresar sus sentimientos, estaba planeando una sorpresa para su esposo, pero todo se arruinó. Lo peor que hizo fue pedirle ayuda a otro héroe, todo lo malinterpretaron. Sabía que si le pedía ayuda a los idiotas de sus amigos ellos no se quedarían callados. Aunque pensándolo bien eso sería mejor.Debería haber sabido que Izuku estaría molesto desde que a él lo asignan como compañero de mirko y su esposo fue cambiado de horario.
Ahora parecía adolescente con el corazón roto, se encontraba en su cama abrazado a la poca ropa de su esposo. ¿Olía dulce?. Pensó que Izuku necesitaba tiempo para pensar y no fue tras él, se arrepiente de esa idiotez. Todas las veces que hizo doble turno y trabajo de más, ahora no tenían importancia. La razón de eso ya no estaba.
Sin pensarlo mucho marcó el número de Izuku, no esperaba que en verdad le contestara.
— ¿Qué quieres? - contestó molesto - Porque…¿porque ahora?. Adiós - Estaba apunto de colgar.
— ¡ESPERA! por favor, por favor no cuelgues - rogó a todos los cielos que su esposo no lo dejara hablando solo - escuchame Izuku, por favor.
— Apresurate, katsuki.
— Yo- yo no tengo nada con ella, siempre has sido tu, eres mi principio y seras mi final. - Su voz se estaba entrecortando - solo tu, solo tu Izuku.
— Kacch…Katsuki, ¿sabes que ella gusta de ti? - expresó triste - lo supe desde hace bastante, pero siempre decías que era una buena compañera, nunca me creerías.
— Desaparecías por días, llegabas tarde y luego saliste con ella - Empezó a reír a través de la llamada - No quiero decir que no salieras con tus amigos, eso no. Solo que…no se, no tenías tiempo para kiri y denki, tampoco para mi - suspiro limpiando unas cuantas lágrimas - luego esa noticias de internet me dieron un puñetazo en la cara, me di cuenta de muchas cosas y quería decírtelo.
— Lo que sea - Aseguró - lo que sea por ti Izuku.
— Nunca debí presionarte para casarnos - suspiró - aun te amo kacchan.
— ¿Qué quieres decir con presionar? - No le gustaba a dónde se dirigía la conversación - Yo nunca te engañaría lo juro…
— Lo sé - interrumpió Izuku - Estamos casados pero no me siento amado por ti. ¿Hace cuánto ni siquiera me tocas?
— Yo lo puedo mejorar yo…
— Quiero el divorcio.
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Al día siguiente.— No puedes hacer eso, No puedes renunciar - gruño.
— Pague todo el maldito préstamo - Gruño en respuesta - puedo y quiero maldita sea.
— ¿Por qué haces esto? ¡¡No llegarás a ser el número uno!!
— Me importa una mierda, mi esposo cree que gustas de mi. No puedo perderlo, no después de todo lo que pasamos, esa mierda ni siquiera es verdad. Malditos medios.
— …
— ¿Qué? ¿Por qué carajos te callas?
— Yo… - Estaba sonrojada.
— Oh no, no no no no no ¡¡DE NINGUNA MALDITA MANERA!!