Katsuki siempre se consideró alguien posesivo, su manada le decía que cambiara su comportamiento. No, nunca lo haría. Encontrar a su sol revivió ese sentimiento dentro de él, pero en una escala aún mayor.
Recuerda aquellos años donde conoció a Izuku, el beta siendo alguien tan joven ya estaba cumpliendo trabajos pesados como lavar ropa y mantener todo limpio, le juro que cuando fuera rey se casarian y no tendría que hacer esas cosas.
Maldijo el día en que su manada se lo llevó para entrenarlo, cuando volvió Izuku ya no estaba, lo busco por días, luego meses y años, parece que se lo había tragado la tierra.
Le tomó 10 años encontrarlo, su pareja estaba en un estado lamentable, sacó sus garras y mató al viejo decrépito que había golpeado a su 🌞, el mercado se había vuelto un caos, pero no podría importarle menos, los mato a todos y cada uno de ellos, a uno les saco los ojos por ver en dirección a Izuku, a otro le sacó el corazón, este sentimiento de impotencia, se sintió culpable de todos los males del beta.
Le cortó los amarres cuidadosamente y lo cargo como merece, una reina. Su reina. Y cualquiera que diga lo contrario será hombre muerto.
— Mi sol, perdóname por llegar tarde. Te juro que vivirás la vida que te mereces – le susurro al peliverde, que yacía dormido en su pecho — seras mio Izuku, te amarraré en mi maldita cama si es necesario. Se marchó, no sin antes reducir a cenizas todo lo que quedaba del mercado, ¿Como lo hizo? Fácil, Bakugo Katsuki es un rey bárbaro y también un híbrido de dragón.
