𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗

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༺ 𝐏𝐬𝐲𝐜𝐡𝐞༻


En la penumbra de la casa, la tensión aumentaba cuando los soldados liderados por un oficial implacable ordeno revisar cada rincón en busca de evidencia sospechosa, a su vez los coreanos se quedaron temblando mirando hacia abajo, tenian miradas inquietas, intercambiaban silenciosas señales de angustia. Los pensamientos de Utahime no eran muy diferentes a la de los demás coreanos, gritaban internamente tanto que se calmara que se le entremezclaba con los gritos de los soldados en la realidad, estaban revisando la casa y en un momento un soldado se paró delante de ella.

—Levanta la cara, quiero ver si eres coreana o japonesa.—la tomo del mentón para empujar hacia arriba. Estiro los ojos al verla, piel porcela, ojos vidriosos y lágrimas, temblaba y eso lo excito. Agarro su brazo y la llevo a otra habitación, Mechamaru y los demás querían defenderla, pero si lo hacían recibirían un disparo seguro.

Utahime fue guiada hasta la habitación que antes había dejado atrás, que ahora era iluminada por la lámpara de aceite que el soldado dejó en el suelo.

—Desnudate—Ordeno autoritario.

Se paralizo y la pulsación de Utahime se acelero por completo. Ante la falta de respuesta, el soldado frunce la mirada y se acerca de una manera no tan amigable. —¡¿No escuchaste?!—Le grita fuerte en el oido, ella aprieta sus ojos con fuerza—¡Tengo el pene duro por tu culpa y ahora vas a solucionarlo!

El soldado alzo su mano para golpearle la cara pero él fue quien resultó arrojado en el suelo por un golpe directo en su cara.

—¡¿Qué mierda estás haciendo?!

Este volteo con lágrimas involuntarias en los ojos, con la palma de su mano revisando su fosa nasal que sangraba.

—¿Te... Teniente Gojo?

Gojo se acercó al soldado lo bastante molesto como para volver a golpearlo. Lo tomo del cuello y acerco su rostro furioso.

—¿Qué te ordene hacer?

—¡Interrogarlos pero-

—¿¡Qué mierda te ordene hacer?! —le dio otro golpe en la cara, su sangre hervía al haber oído lo que le dijo a Utahime.

—¡Lo-lo siento, yo no queria desobedecerlo!

La ira que Gojo sentía aún no cedía, pero sus ojos captaron a Utahime en su totalidad, tan vulnerable y tan asustada que se deshizo del soldado sacándolo de la habitación aún cuando quería matarlo ahí mismo, si ese soldado hubiera sido un coreano, ya le hubiese disparado.

Se acercó a ella—Hime...

La habitación resonaba con el silencio tenso, solo se oian a los demas soldados arrojando cosas a distancia, mientras que el peli blanco se debatía internamente lo que ya se supone que tenía claro que es interrogar a la mujer que tenía delante, hacerlo podría significar descubrir secretos que cambiarían su visión, pero dejarla ir también implicaba traicionar su deber y poner en riesgo la seguridad de su unidad y su país.

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo es que puedes seguir arriesgándote luego de todo lo que te paso?

Estaba inmersa en su propia burbuja del miedo donde podía seguir flotando en un mar de eventos malos, en lo peor, quería ir a su casa, quiere abrazar a su mamá, solo pensaba en ella.

Gojo estaba cansado de que Utahime no comprenda los riesgos, y aun más que fingiera que no es parte de algo grande cuando ahora más que nunca estaba expuesta. Con todo el esfuerzo que hizo para no cruzarla, ahora se la encuentra y en la peor de las situaciones para ponerlo a prueba.

𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐄 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora