5. Ultimo día de vacaciones

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La noche oculta nuestros actos pero a luz del día salen nuestras acciones.

Yo y mi padre llegamos hasta donde había parado nuestra familia a comer y dejamos las cosas de Iván en el suelo-Uf, esto pesa como un muerto-dije mientras me sobaba la espalda con la mano.

-Bien, llegaron justo a tiempo de que se comieran los últimos bocadillos que hemos traído-dice mi madre entregándonos la comida.

Yo recibo el bocadillo sentándome en el suelo junto a mi prima y mi tía Estela-¿había muchas cosas que traer?-me pregunta mi prima.

-No había tantas cosas, solo la tienda de acampar y ollas para cocinar-dije mordiendo mi bocadillo con hambre, eran los especiales de mi madre.

-Terminaremos de comer, recogemos todo y volveremos para la hora de merendar-dice mi padre.

Yo seguí comiendo y charlando con mi familia hasta que llego la hora de que recogiéramos para regresar-¿y eso que tienes en el bolsillo?-me pregunta mía tía Estela con curiosidad.

Acomode mejor la cámara en el bolsillo mientras pensaba en una excusa para responderle.

-Son unas piedras muy bonitas que he recogido por el camino, las estoy coleccionando para tenerlas de recuerdo-le sonrió falsamente a mi tía.

Mi tía me mira con cara de que le parece una gilipollez.

-Bueno si eso te hace feliz-dice mientras sigue caminado.

Yo suspiro aliviado de que no insista con el tema y sigo hacia delante pensando en como no me cuadra tener la cámara cuando Iván se supone que la tenia en el momento que fue atacado, cuando lleguemos a la cabaña esconderé la cámara y la mirare cuando pueda para intentar averiguar algo.

Después de un tiempo caminando por fin llegamos a la cabaña, mis primos felices de no tener que caminar se apresuran a sus cuartos para poder tumbarse en la cama.

-Chicos, ni se os ocurra meteros en la cama sin haberse duchado y quitaros las zapatillas para que no llenéis todo de barro-les regaña mi tío Pedro.

Mis primos se quejan pero le hacen caso a mi tío y van todos a coger la ropa para vestirse después de ducharse, yo voy a mi habitación a soltar todas mis cosas y escondo la cámara en el armario detrás de toda mi ropa.

Me dirijo al salón donde me encuentro a Iván sentando agradeciendo a mi familia por haber ido a buscar sus cosas-mi hijo también ayudo en la causa-me mira mi padre.

Iván dirige su mirada hacia mi,y me sonríe-muchas gracias a ti también-me dice con una mirada de gratitud que haría que se me cayeran los pantalones si no los llevara sujetos con un cinturón.

-No a sido nada-digo felicitándome porque no se me haya cortado la voz.

-Bueno chicos me voy a poner manos a la obra, prepárense para el mejor pastel de sus vidas-dice mi tía marta colocándose el delantal para cocinar.

Toda mi familia se emociona porque vamos a comer el pastel de mi tía, mi madre le explica a Iván que mi tía es muy buena haciéndolos y que se esforzara más esta vez para poder impresionarle, el también parece impaciente por poder probarlo.

-Y dime Iván, ¿te encuentras ya mejor?, la herida ya parece cerrada, te quedara una bonita cicatriz-bromea mi madre.

-Ya me duele menos pero supongo que una cicatriz más no esta mal, si después no me gusta me la tatuare-dice Iván.

Todos nos pones a charlar y a contar anécdotas de situaciones en las que necesitamos puntos y nos dejo cicatriz, estuvimos un rato hasta que mi tía Marta nos aviso de que el pastel ya estaba y que fuéramos cogiendo platos para servirla.

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