"Microrelatos"

10- Me gustas mucho.

—Mew, ¿viste las velas? —pregunta la madre buscando entre las bolsas.

—Hummm… Creo que se quedaron en el auto —responde Mew—. Ya vengo, voy por ellas.

—Gracias hijo —responde la madre siguiendo con la decoración del living.

Mew toma las llaves y sale en búsqueda de las velas en el auto.

—Estoy seguro de que estaban aquí —manifiesta Mew buscando entremedio de los asientos—. Hummm… Es extraño.

—Hola vecino —saluda Gulf.

—Hola Gulf —saluda Mew saliendo del auto y saludar.

—¿Todo bien? Te ves con cara de preocupación —pregunta Gulf acercándose.

—Sí, solo que compramos unas velas con mamá hoy y estoy seguro de que las coloque aquí y ya no están —responde Mew.

—Tengo unas adentro si las quieres —se ofrece Gulf sacando su celular y leer un mensaje.

—Te las voy a aceptar, ya que a esta hora seguro está todo cerrado —responde Mew.

—Bien, ya te las entrego —responde Gulf guardando su celular.

—¿Todo bien? Tu cara cambió —pregunta Mew.

—Sí, solo leía un mensaje, mi horario de trabajo —responde Gulf—. Tengo que trabajar mañana temprano.

—¿Trabajar? Pero si hoy es navidad —dice Mew.

—Lo sé, pero es el trabajo de los doctores —responde Gulf—. Será navidad a media noche, pero igual siguen los enfermos y accidentes.

—Eso es verdad —responde Mew.

—Bueno, sígueme para darte las velas, voy a comer algo y a dormir —manifiesta Gulf caminando.

—Sí, gracias —responde Mew siguiendo a Gulf.

Gulf abre la puerta, enciende la luz y hace pasar a Mew.

—Bonita decoración —manifiesta Mew mirando el living.

—Gracias —responde Gulf buscando velas en uno de los muebles—. Aquí están, ten.

—Gracias —responde Mew tomando las velas y tomando la mano de Gulf—. Perdón.

—¿Por qué? No hiciste nada malo —responde Gulf algo sonrojado.

—Quería que fuera malo —responde Mew—. La verdad quería que pasarás la navidad con nosotros, siempre estás solo, tenía la ilusión de que esta Navidad estuvieras conmigo.

—¿Contigo? —pregunta Gulf.

—Gulf, no eres tonto y sabes perfectamente que me gustas mucho —manifiesta Mew—. Me gustas demasiado y no te había visto para invitarte a cenar.

—Lo se Mew, pero mi trabajo me mantiene más en la clínica que en casa —responde Gulf—. Tú necesitas a alguien con más tiempo.

—Tú tomas turnos por todos, por eso no tienes tiempo, si dejaras de hacerlo quizás podrías corresponder mis sentimientos —dice Mew—. Haz que mi regalo de navidad hoy seas tú.

—¿Yo? —pregunta Gulf algo nervioso.

—¡No vayas a creer que es sexo! —manifiesta Mew moviendo sus manos de forma nerviosa—. Me refiero a que seas mi novio.

—Yo… Tengo que pensarlo, tienes razón, cubro siempre turnos porque siempre pasó solo aquí —responde Gulf—. Humm… Ahora, si fueras mi novio, quizás podría descansar más y quizás alguien me daría mucho amor y mimos.

—Ese sería yo —responde Mew muy animado—. Gulf, ¿te gustaría ser mi novio? Di que sí.

—No puedo negar que desde que te vi he deseado esto —responde Gulf sonriendo—. Claro que sí, vecino Mew.

—¡Me haces tan feliz! —grita Mew muy animado para abrazar a Gulf y besarlo.

—Mew… —susurra Gulf sonrojado.

—Perdón, me emocioné, mejor voy a dejar la velas con mi mamá —manifiesta Mew.

—¿No invitarás a tu novio a cenar? ¿Me dejarás aquí parado? —pregunta Gulf cruzándose de brazos.

—¡Perdón! Ponte más bellos y ve a la casa, estoy seguro de que cuando le cuente a mi mamá hasta aquí escucharás los gritos de felicidad —dice Mew dejando otro beso—. Eres precioso.

—Tú lo eres más —responde Gulf tomando la nuca de Mew y besarlo con más pasión.

—Estoy feliz que desde ahora podre recibir esos ricos besos —dice Mew muy feliz y devolver el beso.

꧁𝐹𝑖𝑛꧂