Capítulo 2: Canela

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"¿Estás bien?"

Zoro se levantó a la mañana siguiente muy temprano, no había dormido nada por culpa de la conversación no resuelta, y cuando bajó las escaleras, Sanji estaba apoyado en la encimera, pálido. Todo lo que había planeado decir estaba siendo desechado al ver a Sanji a punto de desmayarse.

Conoce a Sanji como conoce su espada, cada curva, cada centímetro, cada persona a la que ha herido y cada vez que ha estado a punto de romperse.

"Nunca he estado mejor" mintió Sanji respirando hondo y volvió a mezclar la masa de las tortitas, como si nada hubiera pasado.

Mintió porque eso es lo que hace, se pone la fachada tan bien ensayada durante tantos años y se pone una máscara delante de la cara que no hace parecer que se ha pasado toda la noche llorando y vomitando. Mintió porque sabe que Zoro se pasó la noche bebiendo todo lo que tenía en la despensa, porque sabe que su conversación estaba lejos de terminar y porque no tiene fuerzas para continuar. Pero no puede dejar que eso se vea, no puede permitirse ser tan patético por una aventura sin compromiso con otro chico.

Y siendo honestos, Sanji tiene problemas mayores, como este estúpido mareo y la preparación del desayuno que lleva treinta minutos de retraso.

No tiene que estar pensando en este Marimo de mierda y en la forma en que este Marimo de mierda le está mirando ahora mismo desde el final de las escaleras. No tiene que sentir la mirada sobre él y sumergirse de nuevo en esto, no puede, no debe.

Cuando se aceptó como el hombre bisexual que es, fue más difícil de lo que pensaba. Estar en paz con sentirse atraído tanto por hombres como por mujeres se encontró con el hecho de que tenía que aceptar y comprender que en realidad estaba haciendo algo más que desahogarse con Zoro. La rivalidad creada entre los dos era la forma que tenia Sanji de afrontar los sentimientos encontrados que sentía hacia el espadachín, y sabia, en el fondo, que quería mas.

Salir con hombres a escondidas era excitante por la adrenalina, el sexo era mediocre pero valía la pena, aunque fuera a escondidas de la tripulación, él salía con tipos a veces, pero ninguno tenía ese brillo en los ojos, ninguno era tan astuto y fuerte, ningún tipo le hacía querer quedarse hasta la mañana. Así que cuando acabó encima de Zoro en una noche cualquiera, no sólo se asustó, sino que además ya no podía estar sin él. Siempre era lo mismo, follaban, él pensaba en quedarse allí, acurrucarse con Zoro y tal vez decir lo que siente, y entonces la idea le hace flipar y sale corriendo, y Zoro ni una sola vez le pidió que se quedara, así que eso es lo que eran.

Aceptar abiertamente que ama a los hombres y a las mujeres era también aceptar abiertamente que sólo había un hombre que le haría quedarse hasta el amanecer, un hombre por el que cambiaría a todos los demás, por el que saldría a la calle con la cabeza bien alta. Y, por desgracia, no era exactamente lo mismo para Zoro.

Pero para bien o para mal, esto ya no es un problema... Definitivamente los tiene mayores.

Sanji nunca había estado enfermo en su vida, hasta entonces pensaba que era completamente incapaz. Nunca ha tenido resfriados, gripes, intoxicaciones alimentarias, no es alérgico a nada, nunca ha tenido reacción a ningún medicamento... Marearse no era algo que él considerara, porque creció en el mar, vivió muchos años en un restaurante en medio del maldito océano, vivir en el mar es todo lo que conoce, nunca se mareó. Entonces, ¿qué le pasaba?

"¿Cocinero? Cálmate, vamos a sentarnos, ¿de acuerdo?"

Fue sólo un parpadeo y Sanji estaba a punto de caerse, parecía mareado, sudoroso y estaba más pálido que de costumbre, hasta entonces Zoro pensó que era problema suyo por el frío, pero ahora estaba preocupado.

La Mitad No Es Suficiente - ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora