¡MUNDO ALTERNATIVO DE MI FANFIC SURFER GIRL!
Olive Sherman sufre un accidente luego de querer recuperar la cruz con sus mejores amigos y novio, para mantenerse con vida debe quedarse con su ex enamoramiento, el enemigo común de sus cercanos.
¿Habrá...
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-"Me quedaré aqui contigo, el tiempo que sea necesario"- ﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
—¿Quieres que pasemos por el hospital? Para ver cuando te quitan esa mierda— Pregunta mi novio, que me abrazaba por el cuello mientras estábamos sentados en uno de los sofás de la terraza.
—Si, quiero que me los saquen lo antes posible— Dije acurrucándome en su pecho.
—Bueno, por la mañana vamos— Beso mi cabeza para luego pararse— Ahora si me disculpa, tengo que hacerle de cenar a mi mujer— Me reí mirándolo con ternura.
—Vaya, ojalá lo disfrute mucho— Se rió también y me dejó sola con el atardecer yéndose.
Esto era bello, estar en mi ciudad, al lado de mi papá y de mi novio que de toda mi vida amé, pero sentía que me faltaba algo, todavía necesitaba a los pogues. Mi pecho pesaba solo de pensar en ellos y en lo enojados que deben de estar conmigo, que ahora estamos en bandos distintos y que aunque Sarah me haya asegurado que no, si sentía que la había perdido. Las lágrimas no tardaron en aparecer, pero lloraba en silencio, con la respiración tranquila, como si por fuera no sintiera nada pero por dentro podía sentir una voz gritando.
Con lo que me costó ser aceptada, que se me haya ido con tanta facilidad me quemaba, me sentía la peor persona y la más traidora del mundo, que con un solo mes cambie de bando y de novio. Pero ahí estaba él, con sus ojos celestes brillosos, esa sonrisa perfecta, la compresión y la forma que conocía hasta mi más mínimo extremo, era algo que no se comparaba con nada, el amor verdadero y leal no tenia precio alguno.
Deje de llorar para poder bajar con Rafe, me imaginaba que estaría terminando y quería ayudarlo en algo. Apenas llegaba al primer piso podía sentir olor a carne y a verduras al horno, me acerco a la cocina y estaba él, caminando por la cocina con el trapo en el hombro como en la mañana, moviéndose de un lado al otro, silbando.
—Que rico huele— Escucho mi voz y al instante se giró para sonreirme.
—Te va a encantar— Me guiño un ojo— ¿Quieres comer aquí o arriba, en el balcón?— Él sabía la respuesta, yo solo sonreí y entendió— Me lo imagine.
—¿Quieres ayuda en algo?— Interrogué parándome a su lado.
—No, tranquila, quiero que subas, te relajes y me dejes a mi la magia— Me reí y asentí.
—Está bien— Y me acerque para besarlo rapido— Te espero arriba— Me miro con picardia por el tono en que lo dije.
Recorrí un poco la casa, una nostalgia se apropió de mi cuerpo, sabiendo todos los escondites que esta casa tenía por los años de escondidas que jugábamos. Podía escuchar las risas de las pequeñas que corrían de los hermanos mayores, tocaba las paredes y sentía escalofríos por todas mis extremidades. Todo cambió tanto que no nos dimos cuenta, ahora estábamos tan separados, en esta casa totalmente solos, con vidas totalmente distintas.
