Menos mal que Jennie Kim no está enamorada de su mejor amiga.
Puede que ambas sean alumnas destacadas en el programa de diseño de vestuario, pero cuando se trata de relaciones, Jennie y Lisa son tan diferentes como sus gustos por la moda.
Lisa va po...
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LISA
Cinco meses después
Me siento en la cama y planto los pies en el suelo del oscuro dormitorio de Jennie, haciendo acopio de energía para abandonar el calor de las mantas después de haber apagado el despertador. Levanto una mano para quitarme el sueño de los ojos y bostezo.
Debería estar nerviosa por el primer día de prácticas, pero a las cinco menos cuarto de la mañana no tengo fuerzas para sentirme más que cansada. Va a ser un semestre muy largo, teniendo en cuenta lo pronto que empieza el rodaje de la serie de televisión de bajo presupuesto en la que trabajaré como asistente de vestuario.
Me decido a levantarme del colchón, pero un par de brazos me rodean la cintura antes de que consiga levantarme más de un par de centímetros.
"Noooo", murmura Jennie, con la voz entrecortada por el sueño. " No me dejes".
Me río y dejo que me arrastre a su lado. "¿Quieres que llegue tarde a mi primer día?".
Me ignora e intenta hundir la cara en mi cuello.
" Calentito", murmura, con la voz apagada contra mi piel. "Acogedoraaaa".
"Sí, muy acogedor", bromeo, encontrando mi sentido del humor al despertarme un poco más, "aquí en tu cama individual".
Casi siempre nos quedamos a dormir en mi casa, pero anoche nos quedamos hasta muy tarde viendo Los Tudor por cuarta vez. Acabé quedándome a dormir aquí, ya que había madrugado demasiado y tenía que enseñarle a Jennie mi ropa del primer día.
"Shhh", murmura Jennie. "Ahora dormiremos".
Me río otra vez y le planto un beso en la frente. "Ahora duermes tú. Yo me voy a trabajar".
Eso parece atravesar su ensoñación. Sigue abrazada a mí, pero gira la cabeza para poder hablar con claridad. "Ah, claro, es tu primer día. Qué temprano".
Asiento con la cabeza. "Uf, efectivamente".
"¿Cómo te sientes?"
Me contengo para decirle que me siento como si acabara de pasar la noche metiendo a dos adultas en una cama en la que apenas cabe una. Veo la primera luz gris del amanecer filtrándose por las persianas, convirtiendo la oscura habitación en una mezcla de sombras y contornos plateados. Mi cuerpo empieza a sentir más nervios cuanto más tiempo estoy despierta.
"Nerviosa", admito, "pero emocionada".
Jennie empezó su propia práctica la semana pasada. Las opciones de trabajo cooperativo están siempre a merced de lo que ocurra en Seúl en ese momento, pero tuvimos la suerte de que ambas consiguiéramos trabajos relacionados con la televisión. El de Jennie es para una película de superhéroes de bajo presupuesto, que no es el tipo de ciencia ficción o fantasía que esperaba, pero aun así va a ser una gran experiencia para ella.
