Final

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Narra Dante

Hace un meses que la policía abatió al cabecilla del grupo que volvió mierda mi país y me obligo a dejarlo, pero ahora me encuentro en mi vieja casa, totalmente vacía salvo un colchón inflable que traje para quedarme la semana que estaré en la ciudad.

En el tiempo que estuve en España empecé a estudiar una carrera y mi mamá consiguió un mejor trabajo del que tenía aquí, pero quería venir a visitar al hombre que deje atrás y del cual no sé nada hace tres meses.

Desde que mataron al padre de miguel algo cambio en él, no solo por lo obvio, pero quedamos de que seguiríamos en contacto y que no nos alejaríamos, aunque ya no fuéramos pareja, pero el desapareció, dejo de contestar mis mensajes y llamadas, hasta hace dos semanas que el me llamo y me dijo que porque no venía de vacaciones y eme aquí, ahora en la noche saldré con él y con Sylas a bailar en una discoteca.

3 horas después

Ya estoy haciendo la fila para entrar a la discoteca, cuando alguien por detrás me abraza y sé perfectamente quien es.

Sylas: Te extrañe malparido.

Dante: SYLAAAS – me voltee y le devolví el abrazo levantándolo del suelo, a lo cual él se quejó- oye ¿Qué pasa, no me digas que ya estas tan viejo que te duele un simple levantón?

Sylas: No es eso Dante, desde que no estas muchas cosas han pasado – me va diciendo mientras se levanta la camisa y me muestra una cicatriz grande que finaliza en un agujero- mira, ahora ando herido.

Dante: ¿Qué te paso ahí?

Sylas: Una bala que me entro en el abdomen desde el costado, ¿vez que al principio parece una línea y después termina en un agujero? Me rompió toda la piel del costado antes de entrar bien al abdomen, me dispararon desde el lado derecho

Dante: ¿pero por qué nunca me contaste, en qué momento y como paso eso?

Sylas: Dejémoslo para después, Miguel ahora te contara, de hecho, ya está adentro me envío para buscarte.

Sylas me saco de la fila y me llevo directamente a la entrada, donde el guardia nos dejó pasar al instante, el lugar estaba un poco lleno apenas podíamos caminar bien, pero, aun así, entre tanta multitud lo pude reconocer.

 Jamás se me podría olvidar esa cara tan bella y esos ojos tan lindos, aunque su pelaje estaba raro, parecía como si lo hubieran tinturado, ya solo quedaban las puntas con el tinte y el pelaje natural estaba volviendo a crecer.

 Como si de energía se tratara, él también me encontró y me miro, pude distinguir una sonrisa en su rostro y como sus ojos se iluminaban, pero de la nada esa linda cara cambio y seguido se escuchó un estruendo, la carita de miguel paso a estar iluminada de la felicidad a repleta de dolor en un instante.

Narra Miguel

Miguel: Sylas, anda por dante que me da pereza ir por él, como el guardia nos conoce lo dejan pasar de una

Sylas: dale amor, ya voy por él, pero oye ¿no me debo preocupar por este encuentro?

Miguel: para nada, yo a él también lo amo, pero como amo a cualquier persona que en algún momento fue importante en mi vida, tú sabes bien que él fue el chicho de la ventana que conquisto mi corazón

Sylas: Verdad, la historia entre ustedes es bonita, disque mirándose desde sus ventanas, debiste parecer acosador

Miguel: No lo niego, pero mira al final de todo no resulto mal, porque lo conocí a él y por él te conocí a ti, el tigre que ahora tiene mi corazón

Sylas: jajajajaja, tu labia me encanta

Miguel: no es labia, es la verdad

Sylas: bueno, voy por tu chico de la ventana, espérame aquí

Sylas salió de la disco y yo me quede en la barra tomándome una cerveza, ese momento se vio interrumpido por un tigre

??: Hola

Miguel: ¿hola?

??: jajajaja me disculpo por molestarte, pero es que te me haces muy conocido

Miguel: em no creo, te debes haber equivocado de persona –dije mientras lo miraba de arriba abajo y en realidad si me parecía conocido, pero no recordaba cuando lo había visto- bueno...

??: discúlpame entonces –dijo el tigre, pero sin moverse de mi lado-

Miguel: está bien –dije mientras me levantaba de la barra por lo incomodo del momento- hasta luego

Apenas me levante pude ver a Dante a lo lejos, estaba tan lindo como siempre y con su carita de niño bien portado, aún recuerdo cuando lo vi por primera vez desde mi ventana, todos esos recuerdos se me vienen a la mente y noto que empiezo a sonreír, rápidamente vienen a mi todos los recuerdos que tuve con él, desde los más lindos, hasta los más trágicos en los que él me acompaño y... mierda... ahora si recuerdo, ese tigre, él era el que iba manejando la moto cuando mataron a Nicolas, el amigo del zorro que mate ese día...

Sentí un corrientazo desde mi espalda y sentía como esa corriente avanzaba dentro de mí, hasta que perdí la respiración y sentí como uno de mis pulmones se llenaba como de agua, después del corrientazo vino el dolor, ese dolor nunca lo había sentido en la vida y por último escuché el disparo... fue raro primero entro la bala en mi antes de escuchar si quiera el disparo... se me nublan los ojos, solo veo a dante y sylas corriendo a donde estoy, siento que empiezo a caer y cuando por fin toco el suelo, siento otro corrientazo de dolor, otro disparo y ...

Narra Dante

Aquel tigre se perdió rápidamente entre la multitud, vi cómo le dio el ultimo disparo a miguel, decía con lágrimas mientras el policía anotaba todo en una libreta; Sylas estaba sentado en suelo en posición fetal, arañándose la cabeza y pegándose puños mientras lloraba, quería consolarlo, pero no podía, había algo dentro de mí que simplemente no podía, como si algo se hubiera desprendido y mi cuerpo apenas lo estuviera asimilando.

Dos semanas después

Dante: Doña Alejandra, ¿esta lista?

Alejandra: Si –me dijo mientras se secaba las lágrimas y agarraba sus maletas- muchas gracias dante, por todo.

Dante: No hay de que, es lo menos que puedo hacer, te iras a vivir con nosotros a España y le darás una buena vida a el cachorro que viene en camino.

Alejandra: me siento tan destrozada...

Dante: Me gustaría decir que te entiendo, pero en realidad no entiendo ni un poco del dolor por el que estas pasando, solo me queda decirte que aquí estoy y siempre estaré para ti.

Alejandra: Muchas gracias

Dante: ¿De verdad no te quieres despedir de Ángel?

Alejandra: No, él colaboro a que Miguel entrara en ese mundo, no quiero verlo jamás en mi vida.

Dante: Bueno, si quieres ve cogiendo el ascensor, yo cerrare el apartamento.

La madre de Miguel me hizo caso, me alegra que quiera venir a España conmigo, así podrá lidiar con el dolor en otro lado y acompañada. 

Antes de decir adiós a todo, subí una vez más al cuarto de Miguel y me sorprendió recordar lo amplia que era la ventana de su habitación. Desde aquí, puedo ver mi antigua alcoba, que pronto será ocupada por alguien más, ya que puse el apartamento en venta después de regresar. Alejandra también ha puesto este apartamento en venta. Quién sabe, quizás los nuevos habitantes de nuestros antiguos hogares también terminen contemplándose mutuamente desde la ventana. Ojalá que esa futura historia no tenga el mismo desenlace que la nuestra.

El Chico De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora