15. Parte dos

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Narra Dante

Miguel estaba que me mataba de la satisfacción, me estaba chupando el pene y metiendo el dedo a la misma vez, no podía aguantar, sentía que iba a terminar, pero antes de eso Miguel quitó la boca de mi pene y me saco los dedos. No podía más, estaba jadeando y sudando un montón; parece que miguel ya a hecho esto antes

Dante: ¿seguro... que.. nunca habías... tenido algo con otro hombre?

Miguel: No

Dante: lo hiciste muy bien cachorro

Miguel: jejeje, gracias

Miguel me tenía en la pose del misionero, me estaba mirando con ojos de lujuria y cuando menos pensé, metió la cabeza de su pene, lo que me hizo soltar un gemido. Su pene era tan grueso, se sentía bien como se iba abriendo paso dentro de mi. Mientras Miguel entraba más, yo más sentía calor dentro de mí, quería que me diera duro, quería cabalgar en él mientras lo ahorcaba suavemente; como no aguantaba más, bajé rápidamente para que entrara todo, Miguel soltó un gemido y entendió la señal.

Miguel aumentó el ritmo de sus embestidas, yo estaba gimiendo mas y mas, le agarre la mano y me metí sus dedos en mi boca, él estaba rojo y sudoroso, ya quería ser yo el que estuviera dentro de él, así que lo deje seguir unos minutos y le dije

Dante: ahora es mi turno

Él paró y se hizo a un lado para yo poderme levantar, después el se recostó en la cama y abrió sus piernas, me dejo ver su ano virgen; Miguel se veía tan lindo así, sentía que podía hacer lo que quisiera con él, así que empecé a bajar la cabeza para poder besar su ano y apenas mi lengua tocó su ano, él soltó un gemido

Miguel: se siente muy bien

Dante: lo se

Seguí besando su ano, mientras metía y sacaba mi lengua. Ya que estaba más dilatado, le metí un dedo suavemente y miguel empezó a estremecerse, le dije que se relajara y seguí, empecé a dar vueltas por todo el ano de él, ya que sentía que cabía mas, le metí el segundo dedo y empecé a abrirlos y cerrarlos; Miguel gemía cada vez más fuerte y yo ya sentía que era hora de entrar.

Metí la punta de mi pene en el ano de miguel, el cual solo soltó un gemido y me dijo que siguiera, lo cual hice y empecé a avanzar más, hasta tener todo mi pene dentro de él, quería que miguel se acostumbrara a tenerlo adentro, entonces no me moví y solo me acerque a la cara de él y lo empecé a besar por un rato. Ya sentía que miguel estaba listo para que me moviera, entonces empecé a darle suaves embestidas, pero miguel no gemía, solo agarra las sábanas entre sus manos y las apretaba, pero yo quería oírlo gemir, por eso le di una embestida más fuerte y eso sí hizo que miguel soltara un gemido fuerte

Miguel: sigue

Dante: eso hare

Empecé a aumentar el ritmo de la embestidas y miguel cada vez gemía más, hasta que me dijo que se quería venir, entonces le puse mi mano en el cuello y lo ahorqué suavemente, él empezó a masturbarse, yo seguía dentro de él y sentía que no era capaz de seguir, también iba a terminar. Miguel empezó a soltar pequeños gemidos y después vi como su semen voló por su abdomen, ver esa escena me prendió tanto que decidí sacar mi pene de su ano y sin necesidad de masturbarme, apenas lo saque me vine encima de él. Yo estaba tan excitado que me vine a chorros y lo deje empapado en semen, ya como ultimo le agarre la cara y le di un beso profundo y me tire al lado de él.

Narra Miguel

Dante ya había terminado encima de mí y yo había sentido uno de los mejores placeres de mi vida, ahora los dos estábamos lado a lado jadeando, Dante se volteo y me miró

Dante: Miguel, te amo

Miguel: yo también te amo, Dante

Dante: ¿si te gusto que te lo metiera?

Miguel: me encanto

Dante: JAJAJAJA, ¿Cuándo repetimos?

Miguel: ¿mañana?

Dante: Uyyyy, dale

Miguel: JAJAJAJA... ven, vamos a bañarnos

Dante: si, vamos.

Dante y yo nos metimos a la ducha, nos bañamos bien y después pusimos música, mientras eso, los dos no volvíamos a vestir, yo no quería que la tarde terminara, así que fui a mi cajón mágico y saque un poco de hierba

Miguel: Dante, ¿quieres?

Dante: uhhh siiiiiiiii

Miguel: jejejeje

Los dos nos pasamos la pipa un par de veces hasta que empezamos a toser, puse canciones más relajadas y empezamos a bailar abrazados, ya se estaba haciendo de noche y después de un rato no entendía mucho de lo que pasaba, solo me sentía feliz y no quería que él se fuera de mi lado

Miguel: oye

Dante: dime

Miguel:¿me prometes algo?

Dante: claro

Miguel: prométeme que nunca me dejaras solo

Dante, no respondió, solo me beso.

Dante: te lo prometo, yo siempre estaré ahí para ti

Miguel: también yo estaré ahí para ti

Después de eso, nos quedamos callados al frente de la venta mientras veíamos como el sol se terminaba de ocultar. desde ese punto, solo deje que mis pensamientos me arrastraran hasta estar en un estado casi catatónico y al final de todo solo pude hacerme una pregunta... ¿Qué haría yo si algún día Dante se va de mi lado?

El Chico De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora