La familia que te elige -COMPLETO-

Capítulo 32 - Medidas hermionianas

No soy dueño de Harry Potter, el Mundo Mágico ni de ningún personaje canónico.

La Familia que Te Elige

Capítulo 32 – Medidas hermionianas

Hermione miró alrededor de la concurrida calle. Esta no fue su primera visita al Callejón Diagon, ni fue la primera vez que vio a todos estos magos y brujas caminando. Estaba acostumbrada a la magia, así que pensó. Más acostumbrado de todos modos. Ya no se estremeció ante espectáculos de magia, estaba más preparada para luces deslumbrantes repentinas y ruidos extraños. Le gustaba escribir con tinta y pluma, aunque todavía pensaba que los bolígrafos y lápices eran mucho más fáciles y convenientes. Las túnicas eran bastante cómodas y prácticas con todos los bolsillos, aunque algo menos variedad en estilo.

Sin embargo, ella no sentía que perteneciera allí. En el mundo mágico. Se sentía incómoda, como un pulgar dolorido que sobresalía. Tampoco era solo cómo se veía, cómo le gustaba sobresalir su cabello tupido. Ella sabía que también sobresalía físicamente. Ella caminó de manera diferente, habló de manera diferente.

Ella también se sentía diferente.

En el último año, se sintió tan separada de los nacidos en familias mágicas. Incluso aquellos con un padre mágico actuaron de manera muy diferente a los nacidos de muggles. Dieron las cosas por sentado que aquellos sin ningún parentesco mágico no lo hicieron. Aceptaron las cosas más fácilmente. Parecían llevarlo más fácilmente.

Los de familias de sangre pura eran aún peores. Hablaron de tradiciones y reglas que todos parecían conocer y las sostuvieron sobre las cabezas de aquellos que no lo hicieron. Esos niños actuaron como si fueran mejores que cualquiera y todos los demás. Actuaron de una manera completamente diferente, una forma que puso los dientes de Hermione en el borde.

Literalmente en este caso. En su examen cuando llegó a casa, sus padres comentaron que estaba rechinando los dientes de nuevo, y peor que antes.

Hermione había tratado de prepararse leyendo tantos libros como pudiera tener en sus manos. Leyó sobre la historia mágica, sobre Hogwarts, sobre cualquier cosa relacionada con el Mundo Mágico. Lo trató como si hubiera hecho algo antes, confiando en los libros y el conocimiento para estar lista.

Resulta que saber cosas no es lo mismo que estar preparado para ellas.

No era que ella fuera incompetente. Sus calificaciones eran de primera categoría y se logró en el lanzamiento de hechizos. Lo hizo extremadamente bien.

También resulta que la gente en el Mundo Mágico resentía a algunas personas por su arduo trabajo como lo hacía la gente en el mundo muggle.

Ella suspiró. Ella también sabía que no era solo eso. Fue su comportamiento lo que también provocó la mayoría de la gente. Ella tenía suficiente autoconciencia para reconocerlo. La gente se desanimó por lo directa que era, lo hambrienta de conocimiento que estaba. A la mayoría no le gustaba lo rígido que era su pensamiento, cómo estaba orgullosa de quién era.

Al igual que en el mundo muggle, ella tenía problemas con amigos en el Mundo Mágico. Como en ella realmente no tenía ninguno. Incluso a los pocos otros nacidos muggles no les gustaba tanto y esperaba que pudieran vincularse en circunstancias similares.

Así que se tomó su amistad con Harry y Ron muy en serio.

Harry seguía siendo un misterio para ella. Era, según todos los libros escritos sobre él, un mago por excelencia. Él era el Niño Que Vivió, el que derrotó a You-Know-Quién cuando era un bebé. Había detenido la Guerra Mágica en Gran Bretaña sin una varita. Muchos afirmaron que era el ideal de la magia: fuerte, de una familia mágica, extrañamente recatado debido a la falta de celebridad a medida que crecía.