Cap 39

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El día de ayer fue pesado y Kendo sabe que sus días seguirán o quizás se acostumbre lo suficiente con el tiempo, así que ella consideró sus sentimientos como algo insignificante. Actualmente se encuentra en la U.A tomando sus clases, aunque pidió un breve permiso para ir a un lugar y Aizawa se lo concedió al saber los detalles.

Por fin con algo de tiempo libre ella emprendió su partida, llegó a una gran puerta metálica y la tocó un par de veces... Esa gran puerta se abrió después de esto, así la peli naranja tuvo acceso a ese pedazo del edificio —buenos días y con permiso— dice la chica como siempre con muchos modales.

Solo había una hermosa chica de su misma edad en ese lugar —buenos días para tí también, Kendo— respondió de vuelta al saludo —ha pasado un buen tiempo desde que veniste aquí, y ahora que lo recuerdo desde que hice tu traje de heroína nunca regresaste—

—Bueno, no es que se me ocurriera algo que me puedas hacer para ayudar a mi particularidad, Hatsume—

La mecánica soltó sus herramientas y puso su codo en la mesa y su mejilla en su mano para recostarse. Kendo notó la mirada de aburrimiento de Hatsume, no parece muy interesada sobre hacerle alguna mejora —que estés aquí significa que tienes algo en mente, ¿cierto? — Preguntó sin ganas en su voz.

—De hecho no, no tengo nada en mente— confesó la peli naranja —así que pensé, si quieres o tienes algo en en mente para mí puedes hacer lo que quieras para mi mejora, eres la experta después de todo así que creo que tendrás mejores ideas que yo—

Los ojos de Mei brillaron por un momento y sonrió —ahora sí me caes bien— dijo emocionada.

—Espera ¿Acaso te caia mal?— Preguntó confundida.

—Olvida lo que dije— se levantó con rapidez mientras se acercaba a Itsuka —tienes un cuerpo perfecto para algo que tengo en mente para ti—. Para Kendo, Hatsume empezó a manosearla —quiero hacer algo para tí, eres muy famosa heroína de la U.A y eso me ayudaría mucho en mi carrera—

—Qué honesta— dijo la peli naranja— ¿Y puedes dejar de tocarme así? Se siente raro—

—Lo siento, solo revisa tu cuerpo para adaptar mi invento mejor a tí— sonrió levemente mientras paraba —estoy emocionada—

—Se nota— suspira —si no es mucho pedir también tengo otra cosa que pedirte—

— ¿Qué es? —

—Es más para mi entrenamiento, necesito algo que me ayude a entrenar mi cuerpo, dependo mucho de la fuerza física de mi cuerpo y más mis piernas para mantenerme de pie cuando uso mi quirk— explicaba —si puedes hacer algo que facilite mi entrenamiento estaría muy agradecida con usted—

—Ya lo tengo— Mei escribía todo en una hoja —si tienes tiempo puedes venir hoy en la noche y todo estará listo—

— ¿Así de rápido? —

—Sí— confirmó.

—Vaya, eres increíble— dijo la peli naranja —entonces lo haré, pasaré por aquí en la noche—

—Ya puedes irte, quiero trabajar—

Kendo tuvo una sonrisa nerviosa —entiendo, te daré tu espacio— y con eso se marchó (han pasado tantas cosas que inclusive paré mi investigación sobre ella. Siento que tiene una conexión con Izuku como Yaoyorozu, pero bueno eso ya son tonterías a este punto) le restó importancia, ya ella no siente la necesidad de investigar más eso, a parte Izuku le prometió que en algún momento le contará sobre su vida así que ella tiene todo resuelto...

En su camino ella se topó con una persona, quizás por simple coincidencia o esa persona lo hizo a propósito. Kendo cree que es la segunda respuesta, no le importó esa presencia y solo iba a seguir de largo.

Daño ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora