Nueve días después del atentado contra los Yakuza, Inko Midoriya entraba a su apartamento. Cómo esperaría de una mujer millonaria como ella era algo bastante caro y más cuando sabes que ella no planea durar más de lo necesario en Japón. Dos adolescentes que siempre se han mantenido detrás de ella, confundidos, algo temerosos de lo que puede pasar con ellos desde aquí.
Hablamos de Denki Kaminari y Toru Hagakure. Lo único que saben de esa mujer son dos cosas: Ella es un soldado y es la madre de Izuku Midoriya un formal Yakuza, Toru se encuentra un tanto sorprendida por lo que se descubrió de Izuku: Secuestró a Itsuka y Yaoyorozu, o al menos por los menos ellos creen que Momo fue secuestrada por él también, asesinó una docena de héroes y se llevó a Aizawa también.
Era mucho por lo cual procesar, aunque ya la chica invisible tenía pequeñas sospechas de que Izuku no era lo que aparentaba, que ocultaba algo más, algo siniestro, y su presentimiento dio exactamente en el blanco. Pero ahora esto, la madre de Izuku, Inko Midoriya, de alguna forma los sacó de la cárcel a la perspectiva de ellos a la fuerza y bueno, fue así realmente, con motivos no claros, con consecuencias no presentadas aún.
Ya temen que su condena sea aún peor por esta tenebrosa mujer, dirán que escaparon de la cárcel cuando, de hecho, técnicamente fueron secuestrados por Inko, sin embargo, ningún policía trató de hacer algo cuando esta mujer mostró su autoridad —es aterradora— susurró la chica a su compañero.
— ¿Qué esperan? Entren— los dos adolecentes no se atrevieron al principio, se detuvieron en la puerta cuando ella entró a su apartamento pensando que esa era la decisión más lógica y la que más le daría beneficios, pero parece que las intenciones de Inko son otras.
Entraron con cierta timidez y precaución, siente que si hacen el mínimo movimiento equivocado estarían jodidos y eso que la mujer no ha sido hostil con ellos en ningún momento... Eso les da más miedo a los dos jóvenes villanos.
— ¡Carajo! Que día más pesado— decía Inko mientras sacaba algo de su refrigerador, era una cerveza — ¿Beben? Ah, cierto, son adolecentes, olvídenlo— la mujer de un solo trago largo terminó la cerveza y le lanzó la lata a Denki —sirve para algo y pon eso en la basura— el chico no cuestionó, simplemente lo hizo.
Qué raro es todo esto para ellos, intenta comprender el patrón aquí, pero esta mujer es tan impredecible que es una pérdida de tiempo tratar, es mejor esperar que ella revele sus intenciones sobre esto y que con suerte les dé una explicación. Nunca pensaron que la madre de Izuku fuera de esa manera, de hecho, ni siquiera sabían nada sobre la madre de este, nunca ha hablado de ella ni siquiera una mínima mención.
La peli verde bostezó —ustedes dos, siéntense donde le den su gana, yo me iré a bañar—
Y se fue, Toru y Kaminari ni si creen lo que ocurre. Simplemente los dejó solo como si nada, como si nada importara en realidad. Ambos se sentaron en un sofá que había, ni siquiera hablaron, ni se atrevieron a moverse. Siente que de alguna forma ella los vigila y escucha, quizás haya cámaras ocultas y micrófonos también, a este punto nada le parecía absurdo para considerar.
Después de 45 largos minutos para los adolescentes, Inko Midoriya da alto de presencia —life is good— suspiró complacida la mujer, que ahora tiene una ropa más cómoda para ella. Una blusa que ni siquiera tapa su ombligo y unos shorts, Inko es una mujer de tan solo 34 años y parece que encontró la fórmula de la juventud eterna.
Ya Toru entiende de dónde Izuku a su perspectiva es muy guapo. La madre de Izuku es como una modelo, pensaba Hagakure, y se nota desde lejos que él sacó los rasgos de su madre. Cabello verde, las pecas, sus ojos, incluso la mirada y la presencia. Son muy idénticos.
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Daño Colateral
FanfikceJapón está gozando de su mayor momento de paz en la historia, la nueva generación es considerada la más prometedora para ser héroes. Pero poco a poco van notando que la sociedad no está tan segura como se presume, y los alumnos de la U.A tienen que...