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"¿Es esto real?"

Estaba apoyada en la barandilla del balcón de su habitación, pensaba en su día, en su bebé, que ya empezaba a ser una niña y al parecer muy traviesa, no podía evitar tal vez reír o consentir que use su magia, era divertido cuando Wanda lo hacía, pero no la niña que debía educar.

Se llevó ambas manos al rostro, ya no podía ni siquiera llorar, necesitaba estar bien completamente para intentar saber cómo controlar y enseñarle a su hija que no podía simplemente mostrarle a todos que tenían poderes.

Frunció el ceño viendo al árbol, empezaban a florecer magnolias rojas llenando lo verde no sólo del árbol, sino que de su jardín y las macetas que estaban alrededor suyo.

– La sonrisa que tienes ahora alegra profundamente mi ser – Natasha negó viendo el cielo, apoyándose en la baranda, esa voz sonaba como la de ella, pero su esposa estaba – ¿Muerta? – Natasha respingó al sentir unas manos en su cintura junto a la voz de su esposa que completaba sus pensamientos – Láska... deja de actuar como si fuera un fantasma

Volteó entre sus brazos y vio esos ojos verdes que había perdido la esperanza de volver a ver algún día – No – Dio un paso hacia atrás topándose con la baranda – No, no, no, no, no, no, no, no... esto no puede ser real – Se tapó los ojos

– Creí que estarías más feliz que esto – Intentó aún tomar la situación a la ligera – Nat... las brujas no mueren por acuchillarlas o no tener pulso... – Susurró en su oído – Amor, por favor... mírame – Insistió, pero aún seguía con el rostro cubierto – A las brujas se las quema o avienta al mar, enterrándome sólo hicieron que vomitara mucha tierra

– Estás demente... – Agachó la mirada retirando las manos de su rostro, estaba llorando – ¡¿Para ti esto es una puta broma?! – La empujó – ¡Lloré en tu entierro! ¡Estuve meses visitando una tumba vacía! ¡Tenemos una hija que no dormía bien sin ti! ¡¿Y apareces pensando que lo que hiciste fue un chiste?!

– Nat – La tomó de los hombros

– ¡No me toques! – La volvió a empujar

– Okay... primero tranquila... – Se acercó a ella sin tocarla – Natasha, a mí me ha destrozado día a día no estar a tu lado o con Laia, no fue mi elección no poder estar con ustedes, te amo, Nat... – La tomó de las mejillas y se sorprendió de que no rechace su contacto – Yo no tuve control estos meses, por favor, Natasha, créeme... te extrañé tanto, láska... – Susurró cerca de sus labios, la veía nerviosa y contradecida, pues no sabía si dejarla acercarse o empujarla lejos – Voy a explicarte todo, lo prometo...

– Hazlo ahora – Susurró viéndola con añoranza, quería su vida perfecta con su esposa y su hija de nuevo

– Ahora es muy tarde... por favor, hay que dormir, quiero que descanses...

– ¿Tú crees que voy a dormir después de pensar que mi esposa estuvo muerta por casi un año? – Emitió ofendida – ¿O vas a dormirme o manipularme con magia para que no piense que estuviste muerta? Total... esas dos cosas ya las hiciste, en otras circunstancias, pero es lo mismo – Se limpió las lágrimas de los ojos con brusquedad

– Acordamos que jamás volvería a hacer algo así, yo te juré y...

– ¿De qué sirve que me jures algo si vas a inventarte otra manera de volver a jugar conmigo?

– Natasha, las cosas no fueron así...

– Entonces dime... ¿Qué hiciste todo este tiempo? ¿Por qué fingiste tu muerte? ¿Qué fue más importante que tu hija y yo todo este tiempo?

Betrayed | ScarletWidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora