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Al parecer a las Hwang les parecía una excelente idea conocer gente que parecía peligrosa. Pero eran fuertes, ¿no evitaban más fácil un secuestro?
Geum-joo y Jinju llevaban sin dirigirse la palabra casi una semana, ninguna se tragaría el orgullo para decir la verdad de sus mentiras, al menos no hasta que se calmaran las aguas.
Al recibir un mensaje por su computadora de uno de los magnates que estaban en Opulentia sobre invitarla a cenar, no le tocó más que verlo por sus propios ojos.
Sus asistentes eran igual de miedosos que una gallina, qué más da.
Al salir del complejo de su casa, una motocicleta la seguía sin parar, y allí si que pensó en ir revisando su testamento, al menos por unos segundos.
Confirmo que la seguían e hizo que el motociclista parara para saber quién demonios la perseguía ahora, quien resultó ser el mismo hombre el cual la hizo entrar a Opulentia, solo le hizo una seña para que lo siguiera y pues... no tenía otros planes al fin y al cabo.
Entre una cosa y otra terminaron en... ¿un puesto de comida callejera? La conversación fue rara, o al menos confusa para ella.
—Entonces ustedes ya sabían quién era ¿No? —Le preguntó cuando el hombre dijo que seleccionaban a la gente que estaba en ese grupo.
—Sí, buscamos gente que sepa cómo gastar e invertir su dinero —Le expresó con frialdad, juró por Dios que la Srta. Jung sonaba a un ser de luz al lado de este hombre—. Muchas veces son gente que ha estado en organizaciones. Tanto legales como ilegales.
—¿Mm? ¿Cómo cuáles?
—La CIA, FBI, Incluso la inteligencia Rusa —Tomó un poco de la comida que se encontraba frente a él para darle un bocado—. Hacemos esto por un mundo mejor, así que esperamos que usted también nos ayude.
Geum-joo sonrió, asintiendo y dejando bastante en claro que ella haría de este mundo un mejor lugar. Por ella y su familia.
Aunque uno de los integrantes ya quisiera irse de casa.
