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"Siempre te mueves...en contra".
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—¿Dónde estábamos?

Su atención volvió a ella.

T/N la verdad que ya no está de humor para su juego de besitos aquí y besitos allá.

—No me vas a besar.

Él se detuvo y la miró.

—¿Qué?

—No me vas a besar. —repetí.— Estoy cansada de esto. No eres nada mío, y no voy a andar huyendo o escondiéndome porque le gente cree que me estoy acostando con mi profesor de pociones. Si me vas a ayudar con mis tutorías, que sea solo eso. Tutorías.
Si va a pasar algo más, avísame, y hablamos con Dumbledore para que me asigne a alguien más. No voy a perder mi tiempo contigo.

—Perder el tiempo...

—Sí.

Él se arrimó a la mesa donde ella estaba, casi trepandose sobre ella de tanto que se inclinó hacia T/N.

—Pérdida de tiempo es no doblegarte.

—¿Qué?

—Pérdida de tiempo es no abrirte la piernas, meterte en mi cuarto, y... —respiró profundo y cerró los ojos

Me sorprendí, escuché bien?

—Qué fue lo que dijo?

Él abrió sus ojos de nuevo y me miró

—Nada. Busca un caldero, que te voy a enseñar a hacer Filtro de paz.

Asentí y en silencio, obedecí.

Siempre es difícil agradar a todo el mundo. Aveces quisiera no existir. O simplemente no ser bruja. Me doy cuenta de lo que el odio causa en las personas. Causa amargura, orgullo...
Yo no quiero vivir toda mi vida odiando a alguien así... Snape en realidad me hizo algo más además de sus insultos desde que me conoció? Las quitadas de puntos? Las actitudes?

Qué hice yo para ganarme su odio.
Qué hice yo para que odie mi existencia.

Puse el caldero boca arriba, leyendo lentamente las instrucciones en el libro.

—Cuanto tiempo se supone que tome hacer la poción? —pregunté echando el cuerno de unicornio en polvo

—90 minutos.

—¿¡90 minutos!?

Volteé a ver a Snape y vi que se había quitado la sotana y se había quedado en una camisa con tirantes negros, viendo el libro sobre la mesa.

No me había fijado que llevaba unos espejuelos puestos...

—Al menos que tengas algo mejor que hacer para poder entretenerte mientras está, sí. Son 90 minutos.

—Eso es... —conté en mi mente —Una hora y media!

—¿Tienes prisa? —levantó la mirada del libro y levantó una de sus oscuras cejas —Tengo cosas que puedo ponerte a hacer para perder el tiempo...

Perder el tiempo...

—Como qué cosas? —eché el resto de los ingredientes poco a poco

Esperando a su respuesta, comenzé a mover la poción a favor de las manecillas del reloj, no le prestaba mucha atención a Snape, ya que tenía que ponerle mucho cuidado a este trabajo.

Mi atención estaba definitiva en la poción.

Hasta que sentí como sus manos pasaron por mis brazos y tomaron mis manos en las suyas, posicionándose detrás mío. Su cabeza casi descansando sobre la mía, detuvo el movimiento de mis manos y comenzó a moverlo en contra de las manecillas del reloj.

No descansaré hasta que me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora