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No me toques. No me toques. No me toques. No me toques.

Eso era lo único que pensaba en toda la noche.

¡Dormir en la misma cama que Snape no era nada de fácil!

Ambos estábamos en una esquina, y la cama es lo suficientemente grande como para no terminar uno encima del otro en la mañana.

Hasta que sentí como se acomodaba detrás de mí y ponía su mano sobre mi vientre, halándome más hacia él.

Inhalé por la naríz, tratando de no sobre reaccionar, cosa que no se despertara.

Sus rodillas estaban detrás de las mías, su cuerpo abrazando el mío, sin alternativa de moverme.

Traté de tomar su mano suavemente, y quitarla de mi vientre para separarme y irme a dormir al sofá que estaba al otro lado de la habitación, pero me apretó más y metió su cabeza en mi cuello.

-No te vas a soltar. -escuché su voz adormilada susurrar y me tensé.

¿Qué hace todavía despierto? Son las dos de la mañana...

Comenzó a dar besos delicados en el área de mi cuello debajo de mi oreja, y no pude evitar suspirar en satisfacción, pero mi agrado disipó cuando sentí su sonrisa contra mi piel.

¿Por qué tengo que estar casada con él?

No es bueno que esté besando mi cuello de esta forma mientras los dos estamos acostados en su cama... ¡Pero no me quiere soltar!

-Detente... -dije suavemente- por favor, para...

Su mano fue a mi cintura y le dió un apretón, sus besos volviéndose más intenso y sus labios succionando más mi piel.

Voy a perder el control si no se detiene...

-Para...-gemí suavemente-

Él siguió.

Su cuerpo se movió suavemente contra el mío, buscando tener más de mí.

Podía escuchar el sonido de sus besos, cuando soltaba mi piel de entre sus labios, su respiración, era como si mi audición estuviese más aguda.

-Profesor. -lo llamé-.

-Severus. -dijo, corrigiendome-.

¡No voy a llamarlo por su nombre!

-Dilo. -me ordenó suavemente su respiración chocando contra mi oído-. dilo...

El profesor Snape acaba de rogarme que lo llame por su nombre...

Su cabeza se recostó sobre la mía, él halando mi cuerpo hacia él como un perro que tiene a una perra en celo en frente de él.

Está caliente.

-Por favor... -su voz era baja y suave

Me estaba haciendo pensarlo demasiado.

-No. -dije suavemente

De verdad que estoy aguantando demasiado...

Permaneció abrazado a mi cuerpo por unos segundos, y sentí frío cuando me soltó y me dió mi espacio.

La cama se movió por unos segundos y luego se quedó quieta de nuevo.

Se fue a dormir, que bueno...

Cerré mis ojos, buscando conciliar el sueño.

Te soltó, vete al sofá antes de que te vuelva a agarrar...

Hice caso a mis pensamientos y me levanté de la cama. El sofá no estaba tan lejos de ella.

Me di la vuelta para tomar mi almohada, cuando mis ojos fueron a la figura de Snape.

No descansaré hasta que me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora