La pelinegra caminaba rápidamente mirando por todas partes un taxi pero no había ni uno en toda la calle. Sus pies dolían pero dolían aun más su corazón hecho pedazos y su mente consumida de rabia. Cuando pensó que no podría conseguir un taxi un auto se detuvo a su lado, cuando ella se giró pudo observar los ojos azules de ese hombre que hacía a su corazón latir demasiado rápido.
Arthur no podía dejar ir así a la pelinegra en la que no podía dejar de pensar. Bob y Tam al ver la preocupación del rubio le hicieron un favor y se quedaron cuidando la florería mientras que Chad acompañaba a Arthur en busca de esa pelinegra.
Las miradas de Arthur y Chloe conectaron por unos segundos que fueron tan eternos para Chad pero tan fugaces para la pareja.
—Chloe, sube por favor — dijo el rubio tratando de sonreírle a la pelinegra que lo miraba con los ojos cristalizados.
—Tengo que ir a entregar esto y luego ir a mi apartamento —respondió ella sintiendo como las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas.
—Te llevaré a donde tú quieras, Chloe.
El moreno sentía como ambos estaban tan destrozados que le era casi imposible imaginar que uno fuera la salvación del otro porque podía observar como ambos no podían ni con su propio dolor como para tener que soportar el dolor del otro.
—Sube, por favor — rogaba Arthur sin bajarse del auto sintiendo como su corazón se rompía al ver a la mujer que le gustaba llorar de esa manera.
Chloe debatía dentro de si misma el montarse en el auto o en seguir su camino e intentar conseguir un taxi. Cuando estaba apunto de dar un paso para entrar al auto, Arthur en un impulso salió del auto y la atrajo a sus brazos. Pensaba que el dolor de Chloe podía reducirse al sentir unos momentos de seguridad, él quería ser su seguridad.
El abrazo sorprendió a Chloe quien en un momento no lo correspondía pero al sentir la calidez del cuerpo de Arthur decidió abrazarlo de la misma forma que él lo hacía.
La seguridad que ambos sentían en brazos del otro era extraña. Arthur jamás se sintió seguro con Jennifer y Chloe jamás se sintió segura con Jake y mucho menos ahora sintiendo el dolor que él le está causando.
—Mi ex se está llevando todas mis cosas, no es la primera vez que lo hace y ahora me culpo a mi misma por eso, si lo hubiese detenido si solo lo hubiese puesto en su lugar la primera vez esto no estuviese pasando — La pelinegra confesaba sintiendo como el abrazo la hacía calmarse un poco.
—No es tu culpa, tú no tienes la culpa de nada —susurraba Arthur tratando de que esas palabras también llegarán a él que se sentía igual o hasta peor que Chloe.
Arthur se separó de la pelinegra y la tomo de la mano llevándola hacia el auto. Chloe no podía con todo lo que sentía, era una mezcla de tantas emociones y sensaciones que no sabía que hacer ni como actuar.
Chad al ver el abrazo se golpeó mentalmente por pensar tal estupidez, estaba más que claro que ambos estaban destinados a estar juntos, el dolor por sus rupturas y la culpabilidad con la que vivían los hacían unirse y ser un torbellino de dolor que en algún momento se convertiría en amor.
Arthur abrió la puerta del auto y Chloe entro sintiendo el calor del mismo puesto que afuera hacia mucho frío, ya no llovía pero hacia mucho viento anunciando que otra vez lloverá.
Arthur volvió a subir al auto y comenzó a manejar mientras Chad intentaba entablar conversación con Chloe. Pero Chloe solo respondía monosílabos, los hombres se miraban preocupados pero también sorprendidos pues, la mujer siempre preguntaba y hablaba demasiado.
ESTÁS LEYENDO
Margaritas [Flores #1]
RomanceConvencidos y un poco obligados por sus mejores amigos los protagonistas crearán un perfil en una app de citas. Arthur. Chloe. Una cita. Un beso. Un torbellino de pensamientos. Nada fuera de lo común. ¿Podrá un nuevo amor superar a uno antiguo? 🌼R...