Capítulo 24

2 0 0
                                    

Arthur 🌼

Conduzco hacia mi casa después de trabajar todo el día. Una notificación llega en mi teléfono, es un recordatorio del cumpleaños de César. El regalo que prepare para él reposa en el asiento de copiloto, se que lo amara. Ese niño sea convertido en una personita importante para mí, desde hace un par de años lo cuido cuando Celia me lo pide y lo he convertido en una mini versión mía: adora las películas de Marvel y escucha Imagine Dragons al igual que yo, su favorita es Believer. Solo espero poder verlo crecer y tal vez enseñarle a correr por las mañanas, boxear y darle consejos sobre chicas. Su papá es un completo imbécil que no valora la hermosa familia que tiene, solo espero y no regrese a causarles más daños.

Estaciono frente a mi casa y a lo lejos veo a esa pelinegra perfecta que vive en mis pensamientos día y noche. Salgo del auto y me acerco a ayudarla con unas cajas que carga en sus brazos.

— Siento haber ignorado tus mensajes, estaba muy ocupada — dice sujetando una caja como si de eso dependiera su vida.

— Ven, déjame ayudarte con esa — le digo y sus ojos se abren como platos.

— ¿Puedes cargar las dos?— pregunta mirándome de pies a cabeza.

— Podría cargarte a ti y las dos cajas — le digo quitando la caja de sus manos.

— Quisiera ver eso — dice con una pizca de picardía que nunca había escuchado de ella.

— Aquí no, preciosa — le digo acercándome mi rostro al suyo causándole un leve sonrojo.

Ella ríe con nerviosismo y comenzamos a caminar hacia la puerta de Celia. Chloe me detiene y escribe algo en su teléfono, minutos después Celia abre la puerta. Sus ojos están hinchados y rojos, pero al vernos sus ojos se cristalizan.

— Las hadas madrinas han llegado — anuncia Chloe y yo la miro, pero ella solo me sonríe.

— De verdad, que son los mejores — nos abraza y yo sujeto las cajas con todas mis fuerzas para que no se caigan. — ¿Ustedes se conocen? — cae en cuenta de que, aunque intento juntarnos, nunca lo hizo.

Ambos respondemos encogiendo nuestros hombros y sé que ella no nos dejara en paz hasta descubrir toda nuestra historia, si supiera que no es larga, pero es confusa.

— Debemos hacer silencio, él está durmiendo y quiero que sea una sorpresa.

— ¿Invitaste a sus amiguitos? — le pregunta Chloe.

— Lo hice hace unas semanas, no sabía cómo haría para cancelar, pero me has salvado la vida — le agradece dándole un abrazo que hace sonreír a la pelinegra.

Los tres caminamos en silencio hasta el patio donde decorarán con temática de Spiderman, el no ha dejado de hablar sobre la película desde que la vimos.

— ¡Amigas mías! — anuncio y veo a la pelinegra mirándome seriamente — por si no sean dado cuenta sigo en traje, iré a cambiarme y regresaré.

Celia asiente y Chloe se baja de la silla con la que estaba decorando la pared. Le da una mirada rápida a Celia quien revisa las cosas de las cajas y me toma del brazo acompañándome hacia la salida.

— Te ves guapísimo con ese traje — dice colocando sus manos en mi pecho. Por eso me miraba de pies a cabeza, he encontrado un punto débil en ella.

Mi traje es completamente negro y no tengo los primeros botones de la camisa abrochados, ella comienza a jugar con esos botones y yo solo la miro sujetando su cintura.

— ¿Te gusta? — le digo en voz baja y ella solo asiente — Pero debo ir a cambiarme para ayudarlas.

— Debes colocarte más seguido ese traje — dice y me da un corto beso en los labios, pero yo la junto más a mi cuerpo dándole un beso profundo que la deja sin aliento.

Margaritas [Flores #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora