⊱𝔔𝔲𝔞𝔱𝔱𝔲𝔬𝔯⊰

450 42 58
                                    

La vida se había vuelto menos luminosa para Jungkook, todo estaba envuelto en una nube negra de tristeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La vida se había vuelto menos luminosa para Jungkook, todo estaba envuelto en una nube negra de tristeza. Había visto tantos atardeceres desde su lugar que ya no percibía de la misma manera el existir, su percepción del tiempo cambió tanto al no reconocer en dónde o cuánto faltaba para que aquel castigo terminara. Aún recordaba ver la mirada de su hyung desapareciendo en aquella esfera de humo negro, la cual dejó un fétido olor después de llevarse al ángel elegido.

Ese mismo día, en el que lo dejaron sin nadie, absolutamente solo fue castigado por el arcángel Miguel por mandato del creador, quien pidió obediencia, ganándose todo lo contrario por parte del pequeño Querubín, provocando la ira de la mano izquierda del todopoderoso.

Miguel lo despojó de sus alas para que no pudiera dejar el cielo, Jungkook nunca había sentido el dolor de una pérdida, sin embargo, el ya no tener aquellas bellas alas fue lo de menos. ¿Qué eran unas simples plumas si esas mismas provocaron que Jimin fuera alejado de él? Se sentía libre porque al menos ya no cargaba con la culpa de portar algo con lo cual recordar ese juego de azar tan cruel.

"Te quedarás aquí hasta que seas obediente. No podrás ir a ninguna parte sin las alas, así que espero que pronto recapacites"

Lo decía como una forma de hacerle temer, para darle a comprender que debía ser obediente al despojarlo de las cosas que lo hacían diferente, las alas se habían convertido en un objeto representativo de la libertad que ellos tenían.

Sin embargo, era bien sabido entre todas las legiones que aquello no les quitaba poder una vez se despojaban de ellas. No las necesitaba para salir de ahí, pero el arcángel pudo notar que Jungkook era un ignorante de sus propios poderes como ser celestial, unas alas no hacían que pudieran volar, así como la fe en su señor no se limitaba a una representación física, bastaba con sentirlo para saber que se encontraba presente en todo momento.

Ignorar todo lo que era su poder era parte del encanto de Jungkook, no porque Jimin le negara el conocer más al respecto de ellos, sino porque el ángel no estaba interesado en saber lo poderosos que podían llegar a ser. Él estaba interesado en la razón de la existencia de muchas cosas, encontrar la belleza de hasta la más mínima maravilla que le rodeaba.

Prefería mantenerse a distancia de todo lo que fuera el poder, gloria, grandezas representadas por los mismos ángeles. Él estaba bien viviendo entre los hombres, solo quería poder tener eso de nuevo.

Miguel lo supo en el momento que interactuó con Jungkook, aquello podía llegar a ser castigado, pero ¿qué más daba? El ángel responsable de eso ya estaba siendo condenado en el infierno, y ese pequeño ser ignorante nunca más regresaría al mundo de los hombres, bastaría con que pasara cien años en el cielo o quizá hasta que cumpliera su primer milenio para arreglar el desastre provocado por Jimin.

Todos sabían de la desgracia que era el pequeño querubín, por eso nadie más se atrevía a acercarse, temiendo ser contagiados con lo que fuera que portara. Todos cumplían el mandato de no interactuar, aunque esos mandatos no aplicaban para algunos.

El Cordero del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora