Hace mucho tiempo el diablo convenció a Dios para que una vez cada 1000 años le enviara a uno de sus ángeles. Prometiendo que si una de esas divinas criaturas descendía al infierno, él dejaría libre las almas de 1000 hombres pecadores, liberándolos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recorrió todos los pasillos de esas habitaciones vacías donde solo podían estar las almas de su interés, las había dejado vacías, al menos las de esa ala, porque no quería que nadie más estuviera corrompiendo a la divinidad de ese ente celestial que sería enviada a él. Sus pasos hacían eco en todo el lugar, intentando concentrar su mente en un solo lugar.
- ¡Dónde mierdas está mi ángel! - las puertas de esa habitación se abrieron para él, dejando ver al pequeño bulto blanco en el suelo, flotando sobre aguas cristalinas, su rostro estaba en calma.
Era imposible que se encontrara con tanta calma cuando anteriormente se hallaba sufriendo de la peor manera, ¿por qué estaba ahí, así sin más?
Sus pasos lo llevaron dentro, donde ni bien tocó el agua, la convirtió en sangre oscura, putrefacta, haciendo que el ángel frunciera su rostro antes de abrir sus ojos lentamente, sorprendiéndose de encontrar aquel rostro oscuro.
Aún sentía dolor en su cuerpo, ¿por cuánto tiempo había estado en aquella tortura? ¿Ya habían pasado mil años? Su mirada apagada se posó sobre Yoongi quien parecía un ser imperturbable, mientras que por dentro este se cuestionaba por qué no estaba sufriendo.
- ¿T-terminó?
- Ni siquiera ha comenzado, ¿qué hacías?
- Y-yo... - Jimin lo pensó un poco, recordaba estar agonizando hasta que una de las imágenes que su mente le mostró no se apegaba a la realidad, en especial porque se trataba de Jungkook estando en el infierno, eso no era verdad.
- Pregunté qué estabas haciendo en el suelo durmiendo cuando deberías sentir la condena de esas pobres almas - fingió un tono de pesar, algo que llamó la atención de Jimin, haciéndolo sentir culpable.
- Lo lamento, por favor castígueme, prometo no despertar de nuevo hasta que pasen los años, devuélvame ahí...
- ¿Qué mierda estás diciendo?
- Necesito volver, usted no entiende, yo tengo que volver, no puedo... dejarlo solo - estaba suplicando por regresar a una condena, aún estaban marcadas sus mejillas por el recorrido de las lágrimas y él estaba pidiendo que lo devolviera ahí
Los movimientos de Jimin eran débiles haciéndolo tambalearse, hasta el punto de caer dos veces, la última de estas haciendo que su bello rostro se manchara con la sangre negra, sintiendo repudio ante el líquido que lo estaba cubriendo. Es su afán de quitárselo, volvió a intentar levantarse, resbalando de nuevo, pero esta vez no cayó.
Sus ojos se habían apretado tanto, que al no tener ese líquido de nuevo en su rostro no pudo evitar dudar de lo que había pasado, encontrándose con que levitaba a unos cuantos milímetros de la oscuridad. Su respiración se agitó al no saber lo que ocurría.
Se sorprendió que frente a sus ojos encontró su propio reflejo, su rostro manchado a la mitad por ese pútrido líquido, sus ojos turquesa estaban brillosos, se veía terrible, el miedo se hallaba plasmado en toda su expresión, exudándole por cada parte de su cuerpo.