Dulce y delicado tacto que le acarició, percibiendo un calor distinto, dejándole una sensación nostálgica, como los rayos del sol de esa primera mañana en la tierra de los hombres. Jimin se deleitó con la imagen contraria, con Yoongi estando sumido en un profundo sueño, con el rostro relajado, la piel tan pálida y tersa, sus labios siendo apenas una línea fina que lo llevaría al delirio total.
Los recuerdos de lo que fue su encuentro carnal se le figuraba en réplicas pequeñas, dejando un delicioso recorrido eléctrico en su piel, las líneas de su cuerpo, en cada rincón de su alma. Quería quedarse ahí mismo, donde nadie le haría daño, donde solo existían ellos dos, el lugar que vio nacer su amor a partir de reuniones clandestinas llenas de curiosidad por parte del ángel hacia su superior.
Si Yoongi hubiera desistido de sus planes para robar más poder, ellos no habrían tenido que separarse, mucho menos habrían sido desterrados, pero todo aquello ya había quedado en el pasado y procuraría cuidar su presente. Dejó de interesarle su miedo hacia el final de los mil años, no le interesaba si lo daban por muerto, todo estaría bien mientras estuviera a su lado.
— Parece que intentas adormecerme en un hechizo eterno – murmuró con voz ronca Yoongi, sorprendiendo a Jimin quien se detuvo de seguir dejando caricias en su cabello – ¿por qué te detienes?
— Pensé que seguía dormido.
— Lo estaba, pero tus pensamientos inquietos me hicieron despertar – sus ojos se conectaron, ambos en un precioso azul mediterráneo – ¿qué te tiene así?
— No quiero regresar, me quiero quedar aquí... con usted, como lo prometió antes.
— Estoy muy seguro que esa no es la razón principal. Este lugar es nuestro, lo proclamamos como así milenios atrás y lo confirmamos durante la última semana donde nos fundimos en uno mismo – se incorporó lentamente, dejando a la vista su desnudez, donde Jimin llevó su mano, acariciando la cicatriz en su pecho —. Si este lugar fue abandonado de la mano de Dios, debe ser por algo, ¿no lo crees?
— Porque lo proclamó como suyo desde mucho antes de la rebelión – cuestionó con genuina inocencia y destellos de emoción al obtener una murmuración afirmativa.
— Sí, lo más probable es que mientras toda la guerra se libró – su mano acarició con gentileza el rostro ajeno, sonriendo al no padecer ningún dolor por tocarse – haya sido aquí donde te envié para refugiarte. ¿Ya me disculpé contigo por todas tus lágrimas derramadas en mi ausencia?
— Lo hizo.
— Bueno, creo que no es suficiente. Tendré que torturarme a mí mismo para purgar la culpa – la sonrisa a medias de Jimin le advirtió que eso no sería necesario —. ¿Qué ocurre?
— No quiero irme de aquí nunca, solo deseo quedarme aquí con usted – el ángel tomó la mano que Yoongi había dejado en su mejilla, disfrutando el calor que emanaba de esta misma —, solo ser nosotros. No Lucifer, no el ángel desterrado...
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El Cordero del Diablo
SpiritualHace mucho tiempo el diablo convenció a Dios para que una vez cada 1000 años le enviara a uno de sus ángeles. Prometiendo que si una de esas divinas criaturas descendía al infierno, él dejaría libre las almas de 1000 hombres pecadores, liberándolos...