Capítulo X. Soy su novio

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En cuanto dijo eso alguien golpeo mal el balón y sin duda iba a golpear a Amaris por mis reflejos metí la mano haciendo que algunos de mis dedos quedaran fracturados. Lo primero que escuche fue el grito de Amaris, todos se acercaron

-¡Ay no, no no! Perdóname- Juan fue quien golpeo mal -Era para mi hermana

-¿Cómo que para mí?- Ella le reclamo -Yo tengo a tu sobrina

-Ay mierda... -Observe mis dedos, sin duda necesitaría una cirugía

-¿Te duele mucho?- Osvaldo se sentó a mi lado

-Como crees que no le va a doler mojón, piensa

-No, pero necesitare una cirugía

-Perdóname Fer

-No pasa nada Juan, tranquilo. En mis reflejos fue el golpear el balón para que no le pegara a Amaris

-Hay que ir al hospital- Dijo ella

-No por favor, esto puede esperar. No quiero arruinarles el momento

-Claro que no, vamos ya- Osvaldo se levanto
-Solo denme unos palitos y algún pedazo de tela o cinta. Voy a inmovilizarlo y después lo arreglaremos

Todos me vieron extraño, ahora pensaran que estoy loca y no tengo umbral del dolor. Pero si me dieron unos palitos de las paletas que acabábamos de comer y Ari tenia cinta. Así que apliqué lo que vi en muchos cursos de primeros auxilios. Estuvieron preocupados un tiempo y pensando si eso era lo correcto. Al final me vieron tranquila por lo que siguieron jugando. Esta vez se quedo Mariana conmigo

-¿Te gusta mucho el mar?- Preguntó

-Me trae buenos recuerdos

-¿Las vacaciones con tus padres?

-Si... Desde esa vez que no llegamos no había visto el mar. Me da mucha paz ver el agua, como se mueve, el sonido que hacen, el olor

-¿Los extrañas mucho?

-Si- Lo observe -Pero ya lo acepté, ya lo veo una forma distinta

-Te hiciste más fuerte

-Y más débil

-Yo no te veo así- Sonrió

-Espero que no tengas que verme así

-¿Qué te ha hecho al vida?- El acaricio las puntas de mi cabello -Si eres tan buena

-No mucho, solo me quito a mis padres y mi compromiso se cancelo

Me puse de pie y caminé hacia el mar, no quería hablar de ello y tampoco entendí el porque se lo dije. Camina un momento por la horilla disfrutando. Ya había cerrado eso en mi vida, no quería abrirlo ni recordarlo. Ya tenía otra vida
Gire y me di cuenta de que ya había avanzado mucho, por lo que regrese. Ahora algunos estaban sentados y otros nadando ya que el sol se estaba escondiendo y teníamos que regresar. Llego el momento de subir a la lancha otra vez. Ya sabia lo que era, solo que esta vez estaba oscuro, Osvaldo me volvió a dar la mano y me senté con el. Después de un pequeño viaje llegamos al hotel

-¿Mañana a que hora sale el vuelo?

-A las 11- Me respondió Aldo

-De acuerdo, gracias. Iré al hospital

-¿Por qué?- Juan preguntó

-Bueno...- Le mostré mi mano con los palitos de paleta

-¿No quieres esperar a Monterrey?- Rivers pregunto

-No, puedo hacerlo aquí. Ya le avise al jefe y me esta esperando con un buen equipo

-De acuerdo, suerte. Me voy porque la arena me pica- se despidió

Mi vecino es un streamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora