❥ ¡Oye, Prodigio! | Sae Itoshi × Lectora.

Capítulo XXXII: Cena con los Itoshi.

Buen día, ¿Estás ahí?

Buen díaaa. Aquí estoy 🙋‍♀️
¿Cómo va todo en España?

Como siempre.

Me pregunto si eso es algo bueno🤔

Quería preguntarte algo.

Soy toda ojos, cariño.

¿Recuerdas que dijiste que querías conocer a mis padres?

Sí, lo recuerdo.
Te molesté por un par de días con eso jajaja.

Dime que ya no quieres hacerlo.

:00
POR FIN VOY A CONOCERLOS??

Al parecer.
A Rin se le escapó tu nombre mientras hablaba con mamá y lo empeoró al intentar explicarlo.
Así que... ¿Todavía quieres conocerlos?

SISIISISI.
¿Cuándo están disponibles?
Yo puedo cuando ellos puedan.

¿Qué te parece mañana?

🤨
Te digo que me dejes las bromas a mí.

No es una broma.
Ellos pueden cualquier día que tú puedas, pero me gustaría estar ahí cuando los conozcas.
Y casualmente mañana tengo un vuelo a Japón.

Aaah, entiendo.
Está bien entonces, ¿A qué hora mañana?

Hablamos de una cena, ¿A las 6:30 de la tarde está bien para ti?

Claro, le diré a mamá que cenaré con ustedes :D
Qué emociooón, ya quiero que sea mañana!

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—... ¿Es muy tarde para retractarme?

—Sí, un poco. —Sae te observó de soslayo, sonriendo para sus adentros ante tu visible nerviosismo.

En todo este tiempo, pocas veces te había visto nerviosa, y ni siquiera cuando impulsivamente le pediste salir en el pabellón o cuando le profesabas tus constantes coqueteos y burlas te notabas así; pero verte nerviosa por algo tan banal como conocer a sus padres, le hizo sentir que viajar desde España valió completamente la pena.

—¿Qué sucede? ¿No estabas que explotabas de emoción ayer?

—Anoche tuve mucho tiempo para pensar... —balbuceaste, sujetando su brazo con fuerza— ¿Y si no les agrado? Querrán que termines conmigo y si lo haces entonces no iremos a vivir juntos, ni nos casaremos, ni tendremos dos hijos y un gato. Te vería por la televisión cada vez que juegues fútbol y eso solo me haría más miserable porque tendría que ver cómo tú continúas con tu vida, conseguirías a alguien más bella y... ¡Y te casarías con ella!; pero yo-...

Sae te observó boquiabierto, impresionando por la cantidad de información que había salido de tus labios en menos de cinco minutos. Parpadeó en un intento de asimilar cada palabra que salía de tu boca, pero parecía que cada vez que hablabas la velocidad en que lo hacías aumentaba; incluso se cuestionó si en realidad estabas respirando.

—Ya cierra la boca. —Sae sujetó tu mejilla entre sus dedos y jaló suavemente de ella, deteniendo poco a poco tus balbuceos— ¿En serio pensaste todo eso anoche?

Carraspeaste algo avergonzada y apartaste la mirada de él. Sae soltó aire por la nariz con calma y, tras soltar tu mejilla de su agarre, se acercó a ti hasta rodearte con sus brazos.