Si hace algunos años le hubieran dicho que el mensaje de una desconocida le daría vuelta a su vida, Sae se habría reído y burlado sin tapujos en la cara de esa persona. Nunca creería algo así, después de todo, lo único para lo que él tenía tiempo y prestaba atención era el fútbol.
No quería nada más y no necesitaba nada más...
Y aún así, si en ese momento le preguntaran qué fue lo que ocasionó el mejor y más drástico cambio en su vida, sin duda respondería que fue tu repentino mensaje y, con eso, la llegada de tu presencia a su vida.
Mientras su mánager conducía de vuelta a su hogar, Sae observó la pantalla de su teléfono que se iluminó cuando llegó un mensaje; ni siquiera tuvo que leer el nombre del contacto para saber que se trataba de ti, y velozmente sujetó el móvil y abrió el chat.
╞═════𖠁☕︎︎𖠁═════╡
Estoy esperándote, cariño.
¿Se te olvidó lo de esta noche?🥺No, no se me olvidó que tenemos una noche de películas juntos.
Sería imposible si toda la semana me lo has recordado.¿Entonces dónde estás?
De aquí a que llegues voy a arrasar con el helado.En algunos minutos estaré en casa.
Guárdame palomitas de maíz y no te duermas.Sí, señor🫡
╞═════𖠁☕︎︎𖠁═════╡
Constantemente recordaba que fue mediante mensajes que toda su historia comenzó, así que momentos y conversaciones tan triviales como esas hacían sentir su corazón un poquito más cálido y acogedor.
Sae agarró lo que tenía en el asiento a su lado y bajó del auto cuando, tras varios minutos, el mánager se detuvo frente a su hogar. Se despidió del susodicho y caminó hasta la puerta, sacando las llaves de su bolsillo con su mano libre.
Cuando finalmente pudo abrir y dio un paso dentro de la casa, sintió la habitual calidez del lugar abrazarlo como bienvenida. Pero no te halló cerca ni escuchó tus pasos correr como niña pequeña hacia la puerta para recibirlo, lo cual lo desconcertó bastante.
Tras cambiarse los zapatos por pantuflas de casa dio pasos dentro del hogar y caminó directamente hacia la sala principal, donde te encontró envuelta de pies a cabeza con un enorme edredón peludo y, aparentemente, suave; apenas y podía ver tu rostro sobresalir del burrito que te envolvía.
Tu mirada desenfocó el televidor frente a ti y se desvió hasta él, bastó verlo en casa para que tus ojos adquirieran su característico brillo y permitiste que un poco más de tu cara pudiera verse para enseñarle una amplia sonrisa. A Sae le pareció sumamente adorable, porque siempre parecías brillar más al verlo llegar a casa, y a sus ojos, eras incluso más hermosa.
—Bienvenido. —murmuraste, un atisbo de somnolencia tiñó tu voz mientras frotabas uno de tus ojos— Llegas tarde.
Sae avanzó hasta ti y, tomándote desprevenida (en mayor parte por el visible cansancio en tu rostro), un ramo excesivamente enorme de flores entró en tu campo de visión. Eso pareció quitarte el sueño de forma definitiva, porque lo miraste boquiabierta, con ojos amplios por la sorpresa y bastante confundida.
—Gracias... —agarraste el ramo y le otorgaste una sonrisa ligeramente vacilante— Uh... ¿Teníamos.. Algo programado para hoy...?
Sae casi soltó una carcajada al escucharte balbucear pero, en su lugar, una linda sonrisa se dibujó en sus labios y negó con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
❥ ¡Oye, Prodigio! | Sae Itoshi × Lectora.
Fanfic¿Quién diría que un casual encuentro y un chat lo cambiaría todo? ୧ Él: Únicamente tenía en mente el fútbol, nunca creyó que alguien llegaría repentinamente a su vida y desviaría su atención. ୨ Ella: era bastante desastrosa y disfrutaba de burlarse...