Capítulo XXIV: Primera impresión.

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Sonreías cual niña pequeña mientras Sae empujaba de ti. El columpio se movía de arriba a abajo, haciendo que tu cabello revolotara alrededor de tu rostro y tuvieras la necesidad de entrecerrar los ojos.

—¿De verdad es tan divertido ser empujado? —lo escuchaste murmurar y te reíste, hasta que el columpio hizo un movimiento brusco y repentino que te espantó.

—¡AAH-! ¡Me caigo! —sujetaste las cadenas con fuerza y, sin perder el tiempo, Sae agarró el columpio para detener sus movimientos.

—Como si fuera a dejarte caer.

Te bajaste del columpio lentamente y giraste sobre tu eje para mirarlo, Sae permanecía cercano al juego infantil, sujetando las cadenas y moviendo ligeramente el columpio.

—¿Quieres que te empuje? —te causó gracia la incredulidad en su mirada cuando hiciste aquella pregunta— Anda, ¡Verás que es divertido!

Sae te atisbó con su mirada por un buen rato, achicando los ojos; pero al cabo de un par de minutos, suspiró con resignación y tomó asiento en el columpio.

Diste un pequeño saltito de emoción y te acercaste a él, agarraste sus hombros y con algo de fuerza de tu parte, hiciste que el balancín se moviera. Notaste que Sae agarró las cadenas con más fuerza y esbozaste una pequeña sonrisa.

—¿Qué? ¿Nunca te habían empujado antes? —te mofaste, empujando nuevamente el columpio; esta vez fue más sencillo debido al previo impulso.

—No lo habían hecho.

—¿Eh? ¿No jugaste en un parque de niño?

—Lo hice un par de veces, pero me gustaba más la barandilla. —el chico señaló con la cabeza el juego infantil— O jugar fútbol.

—¿Así que desde pequeño te gusta el fútbol?.. Que envidia. -sonreíste, empujando de nuevo— De pequeña me gustaban muchas cosas, pero nunca fui alguien constante con mis gustos así que me aburría rápido de todo... Hasta que conocí el voleibol; de alguna manera, ese deporte salvó mi vida.

—Mh...

—¡Suena exagerado, pero es verdad!

—No dije nada. —Sae alzó sus hombros— Si es tan importante para ti, entonces no es exagerado..

—... Eres un buen tipo. —empujaste nuevamente de él y Sae aplanó los labios— Aunque es algo obvio, no me enamoraría de cualquiera..

Tras un tarareo por parte de él, el lugar se sumió en un silencio tranquilo y cómodo. No dejaste de empujar el balancín y Sae pareció acostumbrarse a la sensación, incluso soltó un poco más su agarre sobre las cadenas.

—Oh, ahora que lo recuerdo.. Si yo te gusto y tú me gustas, ¿No significa que ahora somos novios? —Sae se ahogó, mientras tú lucías pensativa al respecto.

—Así no funciona. —carraspeó.

—¿No? ¿Entonces cómo?

—Alguien debe dar el primer paso y pedírselo al otro, ¿Es qué nunca has estado en una relación antes? —el Itoshi giró la cabeza para observarte. Negaste con la cabeza a su pregunta.

—¿Y tú?

—Qué pérdida de tiempo.

—Ah... —te reíste— Claro, no te gusta perder el tiempo.

—No si se trata de otras personas, pero supongo que hay excepciones.

—¡Por supuesto! Por algo estás aquí conmigo. —empujaste de nuevo y miraste el columpio alejarse de ti antes de volver a acercarse; fue en ese momento, que agarraste las cadenas y detuviste el movimiento del balancín— Oye, Sae... ¿Quieres ser mi novio?

❥ ¡Oye, Prodigio! | Sae Itoshi × Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora