Capítulo XVIII: La propuesta.

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¡Es hoy! ¡Es hoy!
¡Después de todo un mes y medio sin verte!
¿A qué horas es el vuelo? ¿O es que ya aterrizaste?
Escríbeme cuando estés en Japón, iré por ti al aeropuerto. Te llenaré de besotes apenas te vea.

Aterricé hace dos horas.

>:0
¿Por qué no me dijisteee?

Debía ocuparme de algunos asuntos al llegar y quería desocuparme antes de verte.
Por cierto, te ves adorable con ese vestido de flores. ¿Pero estás segura que puedes usar el teléfono mientras trabajas?

¿¿??
¿Cómo sabes que uso un vestido de flores?¿Estás en la cafetería?
¿Dónde? No te veo.

Estoy afuera.

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Tan pronto como leíste ese mensaje levantaste la cabeza y miraste hacia las ventanas transparentes del local. Captaste una figura, con un teléfono en manos y una gorra que te fue bastante familiar; el chico levantó la mano para saludarte y sonreíste, saludándolo de vuelta.

Estabas ayudando a tu madre en la cafetería, pero como eras la encargada de la caja registradora, no podías salir. Estabas por escribirle que entrara en la cafetería y esperara el final de tu turno mientras comía algún postre, pero una idea cruzó tu cabeza al ver a tu madre agarrar la escoba.

—¡Mamá! ¡Yo iré a barrer afuera! —dijiste, acercándote a ella y agarrando la escoba— Puedes encargarte de la caja registradora.

Tu madre te echó una mirada confusa, que se asentuó al ver como movías tu cuerpo con ansias, pero tras un momento, pareció notar algo; finalmente, la mayor alzó sus hombros y te sonrió

—¡Claro! Saluda a Itoshi de mi parte.

Asentiste lentamente con la cabeza, posteriormente, caminante hacia la puerta del local y miraste alrededor con euforia. Sae se encontraba sentado en una banca frente al local, tecleando en su teléfono.

Entonces un mensaje llegó a tu móvil, miraste la pantalla y sonreíste.

"Esperaré que termine tu turno", decía el mensaje de Sae.

Te aproximaste cautelosamente a él y, una vez detrás, cubriste sus ojos con tus manos.

—Adivina quién soy.

—La única a la que le permitiría hacer esto. —Sae sonrió un poco, agarrando tus manos con las suyas y haciendo que te inclines hacia él. Apoyaste tu mentón en su cabeza— ¿No deberías estar trabajando?

—Se supone que estoy barriendo la entrada... Además, Tengo una jefa muy perceptiva. —sonreíste, abrazando sus hombros— Quería pasar por ti al aeropuerto.

—Tenía cosas que hacer al llegar, seguramente te hubieras aburrido mientras me esperabas.

—Podría pasar horas mirándote, así que tal vez no me hubiera aburrido tanto.

—No digas cosas así en público.

—¿Por qué? Me gustaría presumir ante todos que eres mi novio. Es una lástima saber que te avergonzarías si lo dijera.

—No me avergonza-... —Itoshi se acalló cuando besaste la coronilla de su cabeza— ¿Qué estás haciendo..?

—Dije que te llenaría de besos cuando te viera. —moviste tu cabeza y besaste su sien. Sae se tensó un poco, pero luego suspiró y se relajó en tu abrazo; bajando la vista al suelo— ¿Te estás sonrojando, Sae?

—No digas estupideces.

—Entonces mírame a la cara. —soltaste sus hombros y rodeaste la banca hasta estar frente a él. Lo miraste desde arriba, puesto que estabas de pie y él seguía sentado en la banca— Sae. —sin respuesta, ni siquiera se inmutó— Sae Itoshi. ¿No vas a mirarme después de un mes y medio?

Fue entonces cuando él finalmente levantó la mirada a tu rostro, haciendo que sonrieras.

—Estás sonrojado, qué bonito. —murmuraste y el muchacho se levantó de la banca para caminar hacia ti.

—Cállate. No me mires.

—¿Sabes? Eres muy lindo. —Sae te aprisionó en un abrazo de oso, con sus brazos alrededor de ti. Le devolviste el abrazo— Te eché de menos.

—Yo también. —murmuró contra tu oído y te estremeciste.

—No me hables en el oído que me haces cosquillas. —golpeaste suavemente su espalda— Debo volver a la caja registradora. ¿Estás ocupado? Si no lo estás, me gustaría que comieras algo.

—No estoy ocupado. —aseguró Sae, rompiendo el abrazo para mirarte a los ojos— Decidí encargarme de todo antes de venir porque, además de querer verte, estoy aquí para hablar con la señora Saori.

—¿Con mi mamá? ¿Por qué?

—Te gradúas de la preparatoria este año, ¿Verdad? —asentiste con la cabeza a su pregunta, confusa.

—¿Qué tiene que ver mi graduación en esto?

—Después de que te gradúes... —Sae hizo una pausa, agarrando tu mano y entrelazando sus dedos entre sí. Después, te Miró directamente a los ojos— Quiero que vengas conmigo a España.

❥ ¡Oye, Prodigio! | Sae Itoshi × Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora